ERIVAN, Armenia.- El Papa Juan Pablo II, con aspecto débil y fatigado, interrumpió un discurso poco después de iniciar su visita a Armenia, y un sacerdote continuó leyendo el texto preparado mientras el pontífice se sentaba en un trono del altar de la Catedral Apostólica.
Las manos del Papa empezaron a temblar aparentemente en forma incontrolable mientras leía su discurso en la catedral de la Iglesia Apostólica Armenia en Echiadzin, 25 kilómetros al oeste de la capital, Erivan. Juan Pablo II padece de la enfermedad de Parkinson.
El Pontífice había llegado a Armenia unos 90 minutos antes desde Astana, capital de Kazajistán. Fue recibido en la pista del aeropuerto Zvartnots por el Presidente Robert Kocharian y el líder de la Iglesia Apostólica Armenia, Catholicos Karekin II. Los tres dirigentes se ubicaron en un pequeño podio cubierto.
Juan Pablo II dijo que había venido a honrar "el extraordinario testimonio cristiano de la Iglesia Apostólica Armenia a través de tantos siglos, y no menos en el siglo XX, que fue un tiempo de indescriptible terror y sufrimiento".
Hablando lenta pero firmemente, el Papa continuó con el énfasis de su viaje en evitar que las diferencias religiosas estallen en guerra y violencia, instando a la "paz con todos los hombres sobre un sólido cimiento de respeto mutuo y justicia".
Kocharian, líder del enclave armenio de Nagorno-Karabakh, centro de una guerra de seis años con Azerbeiyán, dijo que en los actuales momentos de "deplorables manifestaciones de odio, los valores universales (de la cristiandad) de compasión y amor fraterno tienen mayor significación".
La visita de tres días del Papa es parte de las ceremonias celebratorias de los 1.700 años del cristianismo como religión de estado. Armenia fue en el año 301 el primer país del mundo en declararse cristiano.
Las iglesias Católica y Armenia se separaron en medio de una controversia teológica sobre la naturaleza humana y divina de Jesucristo, surgida del Concilio de Chalcedon del siglo V. Pero la iglesia armenia estableció relaciones amistosas con el Vaticano y también con las iglesias cristianas ortodoxas.
El Papa debe participar en ceremonias litúrgicas en Echmiadzin y en la catedral de San Gregorio el Iluminador de Erivan. Este templo, aún inconcluso, costó 10 millones de dólares, principalmente aportados por armenios residentes en el exterior.