WASHINGTON.- El Departamento de Defensa convocó a filas a más de 600 reservistas adicionales en su creciente despliegue para la campaña contra el terrorismo.
Los convocados incluyen reservas navales y fuerzas de seguridad con una unidad de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea.
La convocatoria a 635 reservistas eleva a 15.600 el número de reservistas en ser llamados a servicio activo desde los ataques terroristas del 11 de septiembre, dijo el Pentágono.
El Presidente George W. Bush autorizó que se convoque a hasta 50.000 reservistas.
Muchos de los soldados ayudarán a incrementar las medidas de seguridad en territorio estadounidense, mientras otros lo harán en el extranjero, según funcionarios del Pentágono. El destino de las tropas y el equipo es secreto.
"La mayoría de estos reservistas navales han sido llamados individualmente, sobre la base de habilidades específicas, especialmente para tareas del orden y seguridad. Otras capacidades consideradas son médicas, de suministros e inteligencia", dice la declaración del Pentágono.
El secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld analizó este miércoles la guerra contra el terrorismo y el presupuesto del Pentágono con los líderes del Congreso que controlan los programas y el gasto militar.
"Debemos reconocer que aquí, en casa, nos enfrentamos con adversarios", dijo a la prensa el senador John Warner, el principal republicano de la Comisión Senatorial de Servicios Armados.
Rumsfeld y los otros miembros de su delegación se negaron a hablar con los reporteros.
Warner dijo que las discusiones con los líderes de las comisiones de servicios armados de la Cámara de Representantes y el Senado, y las subcomisiones de Asignaciones para la Defensa ocurren antes de que el Pentágono publique su esperada "Revisión Cuadrienal de Defensa".
El estudio debe ser entregado al Congreso antes del 1 de octubre.
Rumsfeld continuó con los esfuerzos del gobierno del presidente George W. Bush para preparar al pueblo estadounidense para una larga, y quizás sangrienta, campaña.
Durante una conferencia de prensa en el Pentágono el martes, Rumsfeld dijo: "Siento decir que no será una guerra antiséptica. Será difícil, será peligrosa y ... las probabilidades son que podemos perder más gente", agregó.
Predijo que la campaña "no durará cinco minutos ni cinco meses", sino años.