BELFAST.- Al menos 33 policías irlandeses resultaron heridos durante una noche de tiroteos y enfrentamientos en un enclave protestante de Belfast, la capital de Irlanda del Norte, anunció este jueves la policía local.
Según las autoridades, hombres armados dispararon más de 50 balas contra la policía y unos 600 miembros de grupos protestantes atacaron las líneas de la policía con ladrillos, botellas, cócteles molotov y "bombas explosivas" de fabricación casera.
"La policía respondió a los disparos. Se devolvieron cuatro disparos cuando dos ráfagas de balas automáticas se dirigieron contra sus vehículos, que fueron atacados varias veces", dijo una portavoz.
Seis bombas explosivas y más de 125 cócteles molotov fueron arrojados contra la policía, que respondió disparando balas de goma, dijo. Un auto y un autobús fueron secuestrados e incendiados durante la noche de violencia en el problemático distrito de Ardoyne, donde católicos "nacionalistas" y protestantes "lealistas" viven unos junto a otros.
Las relaciones entre ambas comunidades, siempre tirantes, se han tensado en las últimas semanas por las protestas de lealistas en la escuela primaria Holy Cross, un colegio católico de niñas en una zona protestante.
Este jueves por la mañana, protestantes tocaron las bocinas de sus autos y pitaron mientras padres católicos caminaban con sus hijas hacia el colegio escoltados por la policía y soldados británicos con atuendos antimotines.
La policía dijo que los enfrentamientos comenzaron cuando una protesta pacífica en una zona protestante el miércoles por la noche degeneró en violencia, y los agentes fueron a detener a una multitud que se dirigía hacia las cercanas calles católicas. "La policía se encontró de nuevo en medio mientras trataba de prevenir un ataque concertado contra la comunidad nacionalista", dijo el jefe de la policía de Belfast, Allan McQuillan, en un comunicado.
"Lo que se suponía era una protesta pacífica degeneró rápidamente en crueles ataques contra la policía", dijo.
La violencia crea un telón de fondo poco prometedor para los esfuerzos por romper un 'impasse' político en la provincia bajo control británico que se extendió durante todo el verano.
Políticos protestantes que quieren mantener la unión con Gran Bretaña y católicos que favorecen la integración con la República de Irlanda siguen atascados en varias cuestiones, como la reforma de la policía y el desarme de la guerrilla.
El gobierno de poder compartido creado bajo el acuerdo del Viernes Santo de 1998, ha sido suspendido mientras los gobiernos británico e irlandés tratan de poner fin al estancamiento.