TOULOUSE.- Las dudas sobre las causas de la explosión en una planta química de Toulouse cobraron hoy un nuevo impulso, después de que por primera vez desde el siniestro un ministro dijera explícitamente que la hipótesis de un atentado no está excluida.
Fue el titular francés de Medioambiente, el ecologista Yves Cochet, quien hoy admitió que todas las hipótesis sobre el origen de la deflagración en la fábrica AZ en las afueras de Toulouse (sur de Francia) están "abiertas", incluida la de un atentado.
No obstante, esta idea planea desde el mismo día de los hechos, el 21 de septiembre, cuando la explosión de la planta de fertilizantes causó 29 muertos, unos 2.000 heridos y cuantiosos daños materiales.
El hecho de que la deflagración se produjera tan sólo diez días después de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington llevó a muchos a temer que se tratara de un ataque terrorista.
El miedo también se apoderó de la ciudad por la nube roja que se formó tras el potente estallido y que obligó a los habitantes de Toulouse a permanecer en sus casas con las ventanas cerradas, hasta que se comprobó que no era tóxica.
El propio primer ministro francés, el socialista Lionel Jospin, en su visita a Toulouse nada más producirse la deflagración, indicó que las investigaciones determinarán "si se trata de un accidente o de otra cosa".
Pero Cochet fue hoy más allá y, tras declarar a una emisora de radio que "todas las hipótesis están abiertas (...) porque no tenemos aún las conclusiones de las investigaciones", dijo que "la eventualidad" de un atentando, aunque "débil", no está descartada.
El ministro se refería a las cuatro investigaciones en curso en estos momentos: la judicial que tardará varios meses en dar resultados, otra de la Inspección General del Medioambiente que intentará determinar las causas de lo ocurrido, una tercera del grupo TotalFinaElf al que pertenece AZF y una cuarta a cargo de un experto independiente.
En su opinión, es "imposible" que los productos almacenados en la factoría explosionaran solos porque, para que estalle el nitrato de amoníaco, es necesaria una temperatura de al menos 200 grados y "ahora intentamos averiguar si se produjo esa subida de temperatura y en tal caso qué la generó".
En los depósitos de AZF en que se produjo la deflagración estaban almacenadas, al parecer en no muy buenas condiciones, unas 300 toneladas de nitrato de amoníaco que, según algunos expertos, puede "autoprenderse" si hay alguna fermentación.
La dirección de la fábrica, mientras tanto, no comenta nada sobre las causas del siniestro porque, como dijo hoy a EFE el responsable de seguridad de la planta Serge Viechilin, las investigaciones aún continúan.
Días antes de que el viernes pasado anunciara la apertura de una investigación judicial, el fiscal Michel Bréard había afirmado que los investigadores habían concluido en un "99 por ciento" que se trataba de una explosión "accidental".
Sin embargo, han surgido testimonios sobre "elementos externos" vistos cerca del lugar de la tragedia que se habrían fugado poco antes de la deflagración.
Varios miembros de una familia que reside cerca de la fábrica aseguraron que habían visto, justo antes de la explosión, "una especie de relámpago volar sobre los tejados y golpear el hangar". Los vecinos de los barrios cercanos al complejo industrial, a tan sólo tres kilómetros del centro de Toulouse, intentan recuperar poco a poco la normalidad.
Al barrio de Parc de Bunon, muy afectado por la deflagración y que tras los hechos quedó prácticamente desierto, van volviendo los vecinos cuyas casas no resultaron muy dañadas. Otros, en cambio, no pueden regresar a sus viviendas en la cercana Cité Le Parc porque, según sus palabras, "están destrozadas".
Para hacer frente a estos daños, el Gobierno francés ha decidido desbloquear más de 228 millones de euros para viviendas, centros escolares, sanidad y apoyo a las empresas, y TotalFinaElf, por su parte, anunció 3,05 millones de euros en ayuda de urgencia para las personas más afectadas.
Ahora queda el debate anunciado sobre la conveniencia de que industrias de riesgo estén tan cerca de las poblaciones, principal queja que llevó el sábado a unas 15.000 personas, según la Policía, y cerca de 40.000, de acuerdo con los organizadores, a manifestarse por el centro de Toulouse bajo el lema "Nunca más esto".