JERUSALEN.- Un atentado palestino con coche-bomba, en el que sólo resultó herido leve un israelí, se registró en Jerusalén hoy, mientras que los ciudadanos árabes de Israel recuerdan la muerte de trece miembros de su comunidad a manos de policías de ese país hace un año.
Del atentado registrado esta mañana en la calle de Belén del barrio de Talpiot, situado en el sur de Jerusalén, se responsabilizó el grupo palestino Yihad Islámica, según informaciones que recogieron medios de comunicación israelíes provenientes del canal de televisión Al Yezira de Dubai (considerada como la CNN árabe).
La carga explosiva colocada en el coche-bomba era de gran potencia, y contenía clavos, tornillos, balas de fusil y una bombona de gas, por lo que en Israel califican de "milagro" el hecho de que no hubiera más víctimas.
Sobre todo por tratarse de una zona muy concurrida de Jerusalén, en particular en vísperas de la Fiesta de las Cabañas (Sucot, en hebreo) que festejan los israelíes desde esta noche y durante una semana. En la Fiesta de las Cabañas, los judíos rememoran la forma en la que vivieron sus antiguos antepasados israelitas en el desierto tras el éxodo de Egipto, hace más de tres mil años.
En reacción al atentado, que la Policía israelí atribuyó a palestinos, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Simón Peres, dijo que los grupos integristas palestinos HAMAS y Yihad Islámica, y el libanés Hizbulá, "son el Bin Laden de Oriente Medio, y hay que luchar contra ellos sin concesiones".
A su vez, la comunidad árabe de Israel -que cuenta con alrededor de un millón de los seis millones y medio de habitantes del país, conmemora hoy con una huelga general, actos y manifestaciones la muerte de trece de sus miembros a manos de policías israelíes.
Los hechos traumáticos, que se registraron en varias localidades del norte de Israel -donde vive la mayoría de los árabes de Israel-, se produjeron en los días que siguieron al comienzo -entre el 28 y 29 de septiembre del 2000- de la "Intifada al Aqsa", el actual segundo levantamiento palestino contra la ocupación israelí.
En esos días, cientos de ciudadanos árabes israelíes -en particular jóvenes- se manifestaron y enfrentaron con policías de Israel, que los reprimieron en forma violenta y causaron las trece muertes, lo que obligó al Gobierno de ese país a crear una comisión investigadora.
Además, el comandante de la Policía en el norte de Israel durante los enfrentamientos del pasado año, el "duro" Alik Ron, se vio forzado a dimitir, y en su testimonio ante la comisión investigadora criticó con dureza al entonces ministro israelí de Seguridad Interior y máximo responsable de la Policía, Shlomo Ben Ami.
Por su parte, decenas de jóvenes árabes de Israel se manifestaron este mediodía en la ciudad de Nazaret -del norte del país- y lanzaron piedras a los policías israelíes, y se preveían más actos de ese tipo en otras localidades árabe-israelíes de la zona.
Al respecto, el ministro israelí de Seguridad Interior, el derechista Uzi Landau, dijo hoy que "se ha dado instrucciones a los policías para que no permitan que los manifestantes árabes, que conmemoran un año de sus actos violentos, bloqueen carreteras".
Landau añadió que "los manifestantes que ataquen a los policías serán procesados porque no se puede hace caso omiso de la ley".
El "duro" ministro de Seguridad Interior concluyó, en relación al atentado de esta mañana en Jerusalén, que "la oportunidad que Israel le ha dado a (el líder palestino,) Yaser Arafat concluirá mañana martes, y a partir de entonces no hay que dar cuartel a los terroristas, ni un solo momento de descanso".