BOGOTA.- El Presidente de Colombia, Andrés Pastrana, enfrentaba este lunes el dilema de mantener las débiles y cuestionadas negociaciones de paz con la principal fuerza guerrillera, o de suspenderlas y arriesgarse a llevar al país a una agudización de la guerra interna.
El dilema quedó planteado tras el asesinato de la esposa del procurador general y ex ministra de Cultura, Consuelo Araujo, a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que en la práctica le impide continuar las negociaciones y prorrogar un enclave rebelde a días de que expire su vigencia.
Pastrana, de 47 años y quien ha hecho del logro de la paz su principal gestión de gobierno, anunció el domingo una revisión de las negociaciones. El crimen de Araujo, esposa del procurador general de la nación, Edgardo Maya, y amiga personal de Pastrana, puso en crisis las frágiles negociaciones de paz iniciadas en enero de 1999 y con las que se busca poner fin a una guerra interna de 37 años que ha dejado 40.000 personas muertas en la última década.
El asesinato de la mujer, de 61 años, se produjo después de que las FARC impidieron el sábado, con un bloqueo de una carretera, disparos de fusil y explosiones de mortero, el ingreso del candidato presidencial del opositor Partido Liberal, Horacio Serpa, al enclave de 42.000 kilómetros que controlan.
Los incidentes se registraron a menos de una semana del vencimiento de la vigencia del enclave rebelde creado a finales de 1998 y que expira el sábado a la media noche. "Se agotó la paciencia... estamos más cerca de una guerra frontal con las FARC que del escenario de unas negociaciones que han resultado estériles e improductivas", dijo un editorial del influyente diario "El Tiempo".
Condicionamientos podrían salvar proceso de paz
La zona de sabanas y selvas que equivale a dos veces el tamaño de El Salvador sirve de sede a las negociaciones, pero las fuerzas de seguridad acusan a la guerrilla de usarla para entrenar a parte de sus 17.000 combatientes, esconder a víctimas de secuestros, preparar ataques y traficar con armas y cocaína.
Pese a las voces que claman la suspensión de las negociaciones, como la candidata presidencial independiente Noemí Sanín, analistas aseguraron que Pastrana puede salvar el proceso y salir de la encrucijada imponiendo condiciones.
"El proceso de paz necesariamente tiene que entrar en una nueva etapa en la que las condiciones mismas tendrían que cambiar de manera sustancial y tienen que ver con el esquema de negociar en medio de la confrontación", dijo a Reuters el analista Alfredo Rangel.
El gobierno y las FARC acordaron negociar en medio de la guerra por lo que, a pesar del diálogo, han continuado los ataques a poblados y secuestros de civiles.
Rangel aseguró que el Mandatario podría proponer a las FARC que acojan un documento presentado hace una semana por una comisión y que propuso una tregua bilateral para lograr avances concretos en las negociaciones.
La propuesta incluye una suspensión de los ataques y secuestros de civiles por parte de la guerrilla, además de la prohibición de reclutar niños y de usar armas no convencionales.
El analista político Vicente Torrijos coincidió en que para salvar el proceso Pastrana debe imponer condiciones y que las mismas están consignadas en la propuesta de la comisión, que previamente fue consultada a las FARC y al gobierno. "Lo que podría haber es una condicionalidad del proceso, entrar al plano de las condiciones sin las cuales no podría seguir adelante", aseguró Torrijos.
El analista sostuvo que entre las condiciones debe estar una comisión internacional que verifique el buen uso de la zona desmilitarizada, la cual rechazó la guerrilla en el pasado.
Mientras, las FARC responsabilizaron de la muerte de Araujo al ejército y aseguraron en un comunicado que si se persiste en la búsqueda de una solución política "ganará Colombia".