ISLAMABAD.- La milicia islamista talibán rechazó este martes el acuerdo adoptado la víspera por la oposición en Roma y amenazó con una guerra sangrienta a cualquier gobierno impuesto desde el exterior, mientras miles de afganos manifestaba contra el ex rey Zahir Sha en el sur del país.
En declaraciones a la agencia AIP, cercana a los talibán, el viceministro de Relaciones Exteriores de los talibán, Abdul Rehman Zahid, declaró que el intento de la oposición de formar un nuevo gobierno con el ex rey como figura emblemática se está llevando a cabo "a petición de Estados Unidos".
"Estos esfuerzos no apuntan a poner fin a la guerra, sino a prolongar los combates. Un gobierno impuesto desde fuera no sería aceptable para el pueblo afgano y vamos a luchar contra esta gente", aseguró.
Estas declaraciones intervienen un día después del acuerdo logrado en Roma por grupos de la oposición afgana, en una reunión con el ex rey, para crear un Consejo Supremo de Unidad Nacional con 120 miembros, cuyo objetivo es convocar una "Loya Jirga" (gran asamblea) para designar a un jefe de Estado y un gobierno de transición que suplante a los talibán.
El ex rey Zahir, de 86 años, derrocado en 1973 por un golpe de Estado, pasó a liderar en los últimos días las negociaciones para la creación de un gobierno de transición.
Poco después del anuncio del acuerdo de Roma, los talibán anunciaron que estaban dispuestos a compartir el poder en tres provincias del sureste del país, tradicionalmente moderadas e históricamente monarquistas.
Este martes, miles de afganos salieron a las calles de Kandahar (sur), el feudo de los talibán, para repudiar al ex monarca, cuyo protagonismo y popularidad creció en los últimos días, al aparecer como el único personaje capaz de unir a las divididas facciones afganas.
"Decenas de civiles de Kandahar invadieron las calles de la ciudad para protestar contra el regreso de Zahir Sha", declaró Abdul Hanan Hemat, jefe de la agencia de prensa talibán Bajtar.
La agencia AIP, basada en Pakistán, afirmó que 10.000 personas participaron en la manifestación en la que corearon lemas contra el ex rey y quemaron banderas estadounidenses, así como retratos del presidente George W. Bush.
Del otro lado de la frontera, en la ciudad paquistaní de Queta (norte), unas 50.000 personas, algunas armadas con porras y sables, salieron a las calles para apoyar al régimen talibán, pese a la prohibición de las autoridades.
Los manifestantes corearon lemas favorables a los talibán y Osama bin Laden, el principal sospechoso de los atentados del 11 de setiembre en Estados Unidos. La marcha fue convocada por el Jamiat-Ulema-Islam (JUI), liderado por Maulana Fazal Ur Rahman, un movimiento radical islamista.
El propio Maulana Fazlar Rahman encabezó la manifestación, presentada por su movimiento como una advertencia a Estados Unidos para que no ataque a Afganistán. El líder islamista había llamado a la "yihad" (guerra santa) en caso de bombardeos norteamericanos.
Estados Unidos amenazó con atacar Afganistán si los talibán no entregaban a bin Laden, el hombre más buscado del mundo, radicado en dicho país desde hace cinco años.