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Talibán: Estamos abiertos a la negociación

"Fuimos el primer país que condenó el terrorismo y las actividades terroristas, pero necesitamos pruebas" que impliquen directamente a Bin Laden, aseguró el embajador del grupo fundamentalista en Pakistán, mullah Abdul Salam Zaeef.

02 de Octubre de 2001 | 13:04 | Agencias
ISLAMABAD.- El embajador de los talibán en Pakistán, mullah Abdul Salam Zaeef, afirmó hoy que Estados Unidos debe negociar para poner fin a la crisis y evitar la guerra.

"Si quieren resolver la crisis deben permitir que se negocie", afirmó hoy el embajador mullah Abdul Salam Zaeef durante una conferencia de prensa.

El embajador de los talibán señaló que el pueblo afgano "necesita comida y ayuda y no guerra", y agregó que Kabul no puede entregar a Osama bin Laden sin tener pruebas de su culpabilidad por los atentados en Nueva York y Washington.

Al ser preguntado por el paradero de Bin Laden, el embajador se limitó a decir "creo que está en Afganistán, pero no sé en qué lugar; está controlado".

Salam Zaef manifestó que el régimen talibán "está listo para una negociación" desde una base de confianza y dijo que si "ellos (EE.UU.) nos atacan sin negociación, no será nada bueno".

Indicó que una guerra no va a cambiar al régimen talibán, porque "sólo Dios puede cambiar los regímenes", al tiempo que subrayó que "gracias a Dios, no hay diferencias entre los talibán", con lo que pretendió salir al paso de las informaciones que han circulado en los últimos días respecto a fisuras en el movimiento ultraintegrista afgano.

"Sólo en el camino de la negociación se arreglan los problemas", dijo Salam Zaef, quien subrayó que "debemos discutir sobre todos los asuntos y entonces tomar decisiones".

Con respecto a un más que posible ataque de Estados Unidos contra Afganistán, Salam Zaef indicó que "el comienzo de una guerra no es fácil ni simple; Afganistán, desde hace dos décadas, pasa hambre y privaciones y con esta crisis no han hecho más que incrementarse nuestros problemas".

"Tenemos fe en el pueblo afgano, pero necesitamos la ayuda, la protección, la buena voluntad para poder construir nuestro país", subrayó el embajador talibán, quien recalcó que, en los últimos años, "Afganistán ha perdido a dos millones de personas, dos millones de mártires".

"Fuimos el primer país que condenó el terrorismo y las actividades terroristas, pero necesitamos pruebas" que impliquen directamente a Bin Laden, añadió el diplomático afgano.

"Por desgracia, la respuesta a esta demanda (de pruebas), siempre ha sido negativa", manifestó el embajador, quien indicó que Estados Unidos "no ha hecho nada por negociar".

Rey es responsable de destrucción

Abdul Salam Zaeef descartó que el ex rey Zahir, que encabeza actualmente negociaciones para formar un gobierno que suplante al régimen islamista, pueda tener cualquier papel para solucionar la presente crisis en Afganistán.

En rueda de prensa en Queta (noroeste de Pakistán), el embajador afirmó que el ex monarca, depuesto en 1973 y exiliado desde entonces en Roma, fue el responsable de la destrucción de Afganistán, en alusión al fracaso de Zahir en detener la creciente influencia de la Unión Soviética a principios de los años '70.

"No puede volver a tener un rol por segunda vez en Afganistán", dijo Zaeef. La URSS invadió Afganistán en 1979 y sus tropas se retiraron diez años más tarde.

Las declaraciones del embajador intervienen en medio del creciente papel del ex rey, que se erigió en los últimos días como la figura emblemática capaz de unir a las divididas facciones afganas.

El lunes, las fuerzas de la oposición anunciaron en Roma, bajo la égida del ex rey, un acuerdo sobre la creación de un Consejo Supremo de Unidad Nacional de Afganistán, entre responsables políticos y militares de la oposición.

El objetivo de dicho consejo es convocar una "Loya Jirga" (gran asamblea) a fin de designar a un jefe de Estado y un gobierno de transición que suplante a los talibán.

Poco después del anuncio del acuerdo de Roma, donde vive exiliado el ex monarca, los talibán anunciaron que estaban dispuestos a compartir el poder, por primera vez en siete años, en tres provincias del sureste del país, tradicionalmente moderadas e históricamente monarquistas.

Este martes, miles de afganos salieron a las calles de Kandahar (sur), el feudo de los talibán, para fustigar al ex rey, cuyo popularidad parece crecer en Afganistán.

El domingo, el líder supremo de los talibán, el molá Mohammad Omar, criticó con virulencia a Zahir Sha en un discurso difundido por la radio oficial de los talibán.

"¿Cómo se atreve a venir sin ninguna vergüenza con el único apoyo de Estados Unidos?, preguntó Omar al ex monarca. ¿No conoce usted la naturaleza de los afganos y no sabe usted que lucharán contra su administración corrupta?".
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