KABUL/ISLAMABAD.- La agencia de alimentación de las Naciones Unidas dijo el miércoles que la muy necesitada ayuda ya comenzó a llegar al aislado Afganistán, pero advirtió que hace falta más trigo para evitar que la guerra y el invierno provoquen una nueva catástrofe humanitaria en el país.
Las caravanas con ayuda humanitaria comenzaron a llegar este lunes a la capital afgana, Kabul, y los trabajadores de los organismos de ayuda dijeron que el gobernante Talibán había permitido la entrada de 2.500 toneladas de alimentos.
"Las caravanas de camiones transportando los alimentos llegan sin ningún problema. El Talibán está cooperando completamente con nosotros en los sitios de distribución", dijo Yosuf Yosufzai, un funcionario del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Kabul.
"Durante el camino no tuvimos ningún problema (...) no hay problemas de seguridad en el transporte de las caravanas ni restricciones en la distribución", agregó.
Pero otros funcionarios del PMA enfatizaron que llevar la ayuda a los más necesitados seguía siendo una pesadilla logística, pues el Talibán obstruye operaciones en algunas áreas.
"Es como caminar por una colina empinada. Dimos los primeros pasos exitosamente, pero es empinada y alta", dijo Khaled Mansour, portavoz regional del PMA en la capital paquistaní, Islamabad.
"Nuestra meta es llegar quizás a 55.000 toneladas mensuales de alimentos, lo cual es suficiente para ayudar a seis millones de personas que dependen de la ayuda", dijo.
Las Naciones Unidas han advertido sobre una crisis de "aplastantes proporciones" en Afganistán, mientras cientos de miles de afganos se desplazan para huir de las anunciadas represalias estadounidenses por la negativa del Talibán a entregar a Osama bin Laden, el principal sospechoso de los devastadores ataques del mes pasado en Nueva York y Washington.
La peor sequía en tres décadas y 23 años de conflictos militares han dejado a millones de afganos dependiendo de la ayuda alimentaria, mientras que los sucesos del 11 de septiembre han profundizado la crisis.
Aunque los organismos internacionales suministran recursos previendo la posibilidad de que 1,5 millones de afganos intenten huir de su país, tal éxodo aún no se registrado.
"¿Estábamos equivocados al hacer sonar las alarmas?", preguntó Mansour. "Definitivamente no. Si la gente de pronto comienza a concentrarse masivamente en la frontera (...) no habrá tiempo para encontrar comida para ellos. La gente morirá".
La ONU ha lanzado un pedido de ayuda de emergencia por 584 millones de dólares para los nuevos campos de refugiados en países fronterizos con Afganistán, así como para millones de personas que aún tienen que soportar el duro invierno.
El PMA detuvo las caravanas de alimentos tras los ataques en Estados Unidos, cuando el Talibán ordenó que todos los trabajadores de organismos internacionales abandonaran el país. El personal local permaneció en las oficinas, pero no se les permite usar equipos de comunicación, obstaculizando la coordinación de sus esfuerzos.
Las caravanas con alimentos viajan desde Pakistán, Irán, y de ex repúblicas soviéticas fronterizas.
Mansour dijo que la oficina del PMA en la sureña ciudad de Kandahar, bastión del Talibán, permanece cerrada, y aunque hay almacenadas 1.650 toneladas de alimentos las operaciones de distribución fueron suspendidas.
El principal coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, Kenzo Oshima, dijo esta semana al Talibán que el organismo mundial quiere reiniciar sus operaciones dentro de Afganistán, pero eso sólo podía suceder si se le garantizaba la seguridad y se reiniciaban las comunicaciones.