WASHINGTON.- El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Tommy Thompson, instó el miércoles al gobierno a fortalecer las defensas contra bioterrorismo y anunció el desarrollo acelerado de nueva vacuna contra la viruela que estará lista el próximo año.
Thompson dijo ante la subcomisión de Trabajo, Salud y Servicios Humanos del Senado que los funcionarios del sector de la salud respondieron rápidamente a los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, y que confiaba en que harían lo mismo ante una amenaza de guerra biológica.
Sin embargo, reconoció que había que hacer más para fortalecer el sistema de salud, expandir la vigilancia de posibles epidemias o contaminantes de alimentos y entrenar a los médicos, enfermeras y técnicos clínicos de todo el país para que puedan reconocer enfermedades como la viruela, el carbunco y los distintos tipos de pestes.
"Voy a describir nuestro estado: nos estamos preparando para responder. Podemos y tenemos que hacer mucho para fortalecer nuestra respuesta", dijo Thompson.
Un ataque biológico podría ser furtivo, sin los secuestros ni explosiones que caracterizaron los ataques contra el Pentágono y el World Trade Center. Los trabajadores médicos y los epidemiólogos tendrían que detectarlo rápidamente para lanzar una respuesta efectiva.
Por ejemplo, hay que saber que los primeros síntomas del carbunco se asemejan mucho a los de la influenza o gripe común, excepto que es una enfermedad mortal si no se trata de inmediato.
Thompson manifestó que el gobierno no tiene planes de lanzar una campaña masiva de vacunación contra la viruela, pues las vacunas tienen efectos colaterales y no hay signos de una amenaza inmediata de guerra biológica.
Sin embargo, si se cuenta con un amplio abastecimiento de vacunas, se puede vacunar con rapidez a la gente en las zonas afectadas, en caso de que se produzca un brote.
Las vacunas estarán disponibles el próximo año
En un inicio, el gobierno quería disponer de una nueva vacuna contra la viruela, basada en técnicas de ADN recombinado, para el 2004 ó el 2005, pero Thompson dijo que para mediados del 2002 habrá 40 millones de dosis disponibles.
La técnica de recombinación genética consiste en la formación de nuevas combinaciones de genes como resultado del entrecruzamiento de cromosomas equivalentes.
Un ayudante de Thompson dijo posteriormente a los periodistas que Acambis Plc, una compañía británica con sucursal en Boston, fabricaría la nueva vacuna.
El gobierno anunció en septiembre un contrato de 343 millones de dólares para empezar a hacer pruebas clínicas con la nueva vacuna, pero se espera que una legislación, que todavía ha de ser aprobada por el Senado, proporcione otros 60 millones de dólares para acelerar el programa.