JERUSALEN.- Israel y EE.UU. han superado la crisis diplomática que desencadenó el primer ministro israelí, Ariel Sharon, aunque sus diferencias con respecto a los palestinos son aún profundas e Israel exige al presidente George W. Bush que presione a las autoridades palestinas para que cese la ola de violencia.
"La Administración estadounidense informó hoy a Israel de que da por zanjado el incidente y que dirige su mirada al futuro para restablecer las relaciones especiales que ha habido siempre entre los dos países", dijeron hoy sábado fuentes allegadas al primer ministro israelí.
Las fuentes se quejaron de que la prensa sacó de contexto los paralelismos históricos que trazó Sharon, porque éste "nunca comparó a Bush con (el primer ministro británico) Neville Chamberlain".
En una polémica rueda de prensa, el jueves, Sharon aseguró que "Israel no es Checoslovaquia" y que luchará si "el mundo libre lo sacrifica para ganarse el favor del mundo árabe en la lucha contra el terrorismo".
Las declaraciones del primer ministro israelí cayeron a la Administración como un jarro de agua fría y ayer Sharon difundía un comunicado durante la jornada sabática -inusual en este país- para tratar de limar las asperezas.
El comunicado seguía a una "nada agradable" llamada telefónica del secretario de Estado, Collin Powell, en la que informó a Sharon de que el presidente estaba "indignado", según la prensa israelí.
El incidente llegó a niveles desconocidos y el corresponsal de la televisión israelí en Washington, Guil Tamari, se negó a repetir ante las cámaras "la sarta de insultos que había escuchado de funcionarios de EEUU a los que pidió su reacción sobre Sharon".
"¿De qué nos sirve defender a Israel, si después su primer ministro ofende de esta manera al presidente?", se preguntaron los funcionarios ante el corresponsal israelí.
Estados Unidos es el principal aliado de Israel en el mundo y, además de apoyo diplomático, concede a este país una ayuda anual de 3.000 millones de dólares para proyectos civiles y adquisiciones militares.
En la nota de "reconciliación" -que según algunas fuentes fue forzada por Powell-, Sharon destaca "la determinación del presidente Bush en liderar una campaña internacional contra el terrorismo", y le expresa su "gratitud personal" y la del "pueblo de Israel" por su apoyo incondicional.
Pero, mientras funcionarios gubernamentales estadounidenses e israelíes tratan de restar importancia al incidente, Sharon no oculta el temor de que EEUU consolide su coalición contra el terrorismo a expensas de los intereses israelíes.
Los países árabes han expresado ciertas reservas a una acción militar conjunta, si Washington no cambia el tono hacia la causa palestina y, en rigor, Bush declaró esta semana que EEUU siempre vio de forma positiva la creación de un Estado palestino al lado de Israel.
La afirmación de Bush ante las cámaras, que coincidió con informaciones en la prensa estadounidense de una nueva iniciativa diplomática para resolver el conflicto palestino-israelí y con la muerte de tres israelíes a manos palestinas, alarmaron a Sharon, que convocó inmediatamente al embajador de EEUU en Tel Aviv, Daniel Kurtzer.
Tanto en esa conversación como en la que ayer tuvo con Powell, el primer ministro israelí exigió a Washington que obligue al líder palestino, Yaser Arafat, a que ponga fin a los ataques contra Israel.
"Esas presiones dieron fruto (la pasada madrugada) con un comunicado en el que el gobierno de la ANP exhorta a las organizaciones armadas a no romper la tregua con Israel", aseguraron esta mañana allegados de Sharon a la radio pública.
El comunicado oficial, difundido tras la reunión semanal del Consejo de Ministros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), también advierte de que "se tomarán las medidas necesarias para defender los intereses nacionales palestinos", en otras palabras, el mantenimiento de la tregua.
"La ANP no rescindirá el acuerdo de alto el fuego a fin de no darle excusas a Sharon para que ocupe más tierras palestinas y ponga en peligro la integridad de la Autonomía Palestina", dice el documento oficial, que los observadores políticos interpretaron como una clara advertencia de Arafat a los milicianos, sin mencionar el castigo.
Otro indicio del compromiso del líder palestino para con el alto el fuego es la sustitución de altos mandos de la Policía y de la Seguridad Preventiva en la zona de Rafah, donde la tregua ha pasado desapercibida desde el mismo día que se acordó, se afirma en el diario palestino "Al Ayyam".