WASHINGTON.- Estados Unidos ha tomado medidas para reforzar la seguridad en su territorio y ha advertido a sus ciudadanos en el extranjero de la posibilidad de represalias, tras los ataques militares lanzados hoy contra Afganistán.
"Sé que muchos estadounidenses sienten miedo hoy. Nuestro Gobierno está tomando fuertes precauciones", explicó el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en el discurso a la nación en el que anunció la operación militar contra Afganistán en colaboración con el Reino Unido, en represalia por los atentados del 11 de septiembre.
El saudí Osama bin Laden, al que EE.UU. considera principal sospechoso de esos atentados, ha dicho que el presidente Bush es "el líder de los infieles" y ha asegurado que Estados Unidos no será un país seguro hasta que los países del Islam no estén seguros.
Un portavoz de su red, "Al Qaeda" (La Base), ha realizado un llamamiento a la guerra santa.
"La batalla será decisiva y será una guerra entre el Islam y los infieles", dijo Suleiman Abu Gehiz, representante de "Al Qaeda", en un vídeo emitido hoy, pero que se desconoce cuándo fue grabado.
El Departamento de Estado advirtió a los estadounidenses que se encuentran en el extranjero de que estén en guardia, pues los ataques en Afganistán pueden llevar a represalias contra los intereses norteamericanos.
El Departamento de Estado pidió a sus ciudadanos que abandonen Afganistán, aunque se cree que no hay estadounidenses en el territorio dominado por los talibán y que sólo podrían encontrarse algunos en la zona dominada por la fuerza opositora Alianza del Norte.
En su mensaje a la nación, Bush aseguró que "todas las agencias de inteligencia y las encargadas de poner en práctica la ley trabajan intensamente en todo Estados Unidos, en todo el mundo y contrarreloj".
Estados Unidos y el Reino Unido atacaron hoy Afganistán, en una operación de castigo contra instalaciones militares de los talibán y supuestos campos terroristas de Bin Laden en Kabul y Kandahar, según anunció Bush.
"Estas acciones contra blancos cuidadosamente seleccionados están diseñadas para impedir el uso de Afganistán como base de operaciones terroristas y para atacar la capacidad militar del régimen talibán", afirmó Bush.
En su mensaje, el presidente de Estados Unidos quiso asegurar a la población que se han tomado medidas de seguridad ante posibles represalias por la operación militar.
La operación militar "puede llevar a un fuerte sentimiento antiestadounidense y a acciones de represalia contra los ciudadanos y los intereses estadounidenses en el mundo a cargo de terroristas y de algunos de sus simpatizantes o de los que apoyan el terrorismo", indica la declaración del Departamento de Estado.
"Los estadounidenses en cualquier lugar del mundo (que no sea Afganistán) deben vigilar las noticias locales, mantener contacto con la Embajada estadounidense más cercana o consultar y limitar sus movimientos en sus respectivos lugares", añade.
Desde el pasado 11 de septiembre, día de los atentados terroristas, el Departamento de Estado tiene en vigor un aviso en todo el mundo para sus ciudadanos.
El presidente de EE.UU. recordó además que, desde que ocurrieron los ataques, la Guardia Nacional vigila los aeropuertos y que se ha llamado a los reservistas para "reforzar la capacidad militar" de EE.UU. y "fortalecer la protección de nuestro territorio".
Según la cadena de televisión CNN, la acción militar se centra, al menos, en las ciudades de Kabul y Kandahar, aunque también hay ciertas operaciones militares en el norte del país en la zona controlada por el grupo opositor la Alianza del Norte.
La agencia rusa Interfax, citando fuentes de la Alianza del Norte antitalibán, informó de que aviones estadounidenses y británicos bombardearon la ciudad de Mazar-i-Sharif, en el norte de Afganistán y cerca de la frontera con Uzbekistán.
Mazar i Sharif, rodeada por unas colinas en manos de la Alianza, es una de las fortalezas consideradas clave en cualquier operación militar para el dominio territorial de Afganistán.
Unos 5.000 combatientes talibán defienden la fortaleza, en la que se supone que existen campos de entrenamiento de terroristas.