DUBAI.- Muchos árabes se mostraron enfurecidos por el ataque que Estados Unidos realizó sobre Afganistán el domingo y algunos advirtieron que esto sólo provocaría más atentados contra Washington.
Gente de todo Oriente Medio expresó su consternación ante la acción estadounidense y dijo que Estados Unidos había hecho justicia por su cuenta y puesto en peligro las vidas de los empobrecidos afganos.
A muchos árabes no les convenció la garantía estadounidense de que los ataques serían contra la organización Al Kaidah del militante islámico de origen saudita, Osama bin Laden, y contra el Talibán, no contra el pueblo afgano.
"Es 'haram' (pecaminoso en Islam) que las personas más ricas del mundo maten a las personas más pobres", dijo Asma, ama de casa, de 32 años, en Riad, capital de Arabia Saudita.
"No puedo creer que los estadounidenses atacaran a esas personas inocentes, arriesgando la vida de civiles inocentes nuevamente. Que Dios destruya sus hogares", dijo Maha, ama de casa egipcia, de 47 años, en El Cairo.
Otros árabes dijeron que Washington debería haber hecho un esfuerzo mayor por su propio bien para evitar una represalia militar. Ellos prevén que los ataques ocasionarán nuevos atentados en Estados Unidos.
"¿En qué están pensando los estadounidenses? Los afganos van a tomar represalias y atacarán el corazón de Estados Unidos. Este conflicto se expandirá e involucrará al mundo entero", dijo Shaaban, un taxista de origen egipcio.
Los ataques fueron una "decisión estúpida", dijo Hassan Abu-Hassan, de origen indio, que trabaja en Bahrain. "Seguramente habrá más problemas entre los musulmanes y Estados Unidos", agregó.
Efectivos estadounidenses y británicos atacaron Afganistán el domingo después de que los gobernantes del Talibán, que dominan un 90 por ciento de Afganistán, se negaran a entregar al militante islámico de origen saudita, Osama bin Laden.
Hubo pocas reacciones oficiales inmediatas por parte de los gobiernos de Oriente Medio.
Sin embargo, Irak, que con frecuencia es blanco de la artillería aérea estadounidense y británica, catalogó el ataque como una "agresión traicionera".