LONDRES.- Treinta objetivos militares fueron alcanzados en Afganistán durante los bombardeos aliados del domingo, según la primera evaluación que hizo hoy el ministro británico de Defensa, Geoff Hoon.
Durante una sesión informativa que se celebró hoy en Londres, Hoon aseguró que no hubo ningún objetivo civil en la ofensiva que empezaron a lanzar fuerzas estadounidenses y británicas contra Afganistán en represalia por los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
El primer ministro británico, Tony Blair, se reúne en las próximas horas con su Gobierno, antes de que comience una reunión extraordinaria del Parlamento para analizar la situación.
El propio primer ministro hará una declaración oficial ante los Comunes durante esta sesión especial, que se prolongará hasta la medianoche.
Blair ha constituido ya su gabinete de guerra, que celebrará este martes su primera reunión y que está formado por el viceprimer ministro, los ministros de Defensa, de Economía, Interior, Asuntos Exteriores, Cooperación Internacional, el jefe del Alto Estado Mayor y el líder del grupo parlamentario laborista.
Hoon explicó hoy que las fuerzas estadounidenses y británicas atacaron "hasta treinta objetivos" en Afganistán, siempre "campos de entrenamiento de terroristas, aeródromos e instalaciones militares" empleados por "Al Qaeda", la red organizada por el millonario saudí Osama Ben Laden, o el régimen talibán que le protege.
Tres de los objetivos se encontraban en Kabul, cuatro en otras zonas urbanas y el resto en áreas despobladas, describió Hoon en su comparecencia ante la prensa junto al jefe del Alto Estado Mayor, almirante Michael Boyce.
Los submarinos de propulsión nuclear británicos que participaron en el ataque fueron el "Superb", el "Trafalgar" y el "Triumph", que dispararon misiles de crucero del tipo "Tomahawk" contra "un campo terrorista", según precisó Boyce.
El ministro también comentó que la ofensiva será larga y que la lucha contra el terrorismo no se limitará al ámbito militar sino que llegará en los campos -"igualmente importantes"- de la diplomacia y la ayuda humanitaria.
El Reino Unido despliega ya en la zona de conflicto una serie de aviones cisterna y de reconocimiento para continuar con la ofensiva.
Entre las fuerzas permanentes de que dispone este país en el golfo Pérsico están varias unidades de las SAS (Special Air Service), principal cuerpo de elite de las Fuerzas Armadas británicas, ocho aviones "Tornado GRI", seis "Tornado F3", dos aviones de patrulla y control "Nimrod" y uno nodriza de la clase "VC 10".
En la zona hay al menos 24.000 soldados, un portaaviones -que transporta 8 aviones Sea Harrier, 7 aviones Harrier GR7 y 35 helicópteros Sea King- tres submarinos, dos buques anfibios, dos destructores, cuatro fragatas, cuatro barcos de apoyo logístico, y un número indeterminado de helicópteros ligeros "Lynx", de dotación en las fragatas.
El Gobierno británico ha dispuesto el refuerzo de la seguridad en Londres, sobre todo en los edificios públicos más importantes, por temor a represalias debido a su activa participación contra Afganistán.
La seguridad ha quedado reforzada en Downing Street, edificios ministeriales, el aeropuerto londinense de Heathrow y la City de Londres.
Al mismo tiempo, unos 1.500 policías adicionales se encuentran en las calles londinenses, especialmente en zonas comerciales y turísticas.
"Estamos muy comprometidos a asegurar la seguridad de todos los londinenses en un momento de mucha tensión. Admitimos que es un momento difícil e incierto para todo el mundo y pedimos a los miembros de todas las comunidades que continúen su vida normal", según pidió un portavoz de la policía.
Las fuerzas del orden han reforzado también la seguridad en las mezquitas del país por temor a que puedan ser atacadas. El Consejo de Musulmanes pidió hoy a sus fieles en el Reino Unido que "tengan paciencia y no se dejen provocar".
Mientras tanto, hay una gran incertidumbre sobre la suerte de la periodista británica Yvonne Ridley, detenida en Afganistán el pasado 28 de septiembre por entrar ilegalmente en ese país y de la que se esperaba que fuera entregada hoy en la frontera con Pakistán.
El ministerio de Asuntos Exteriores británico ha admitido que carece de noticias sobre su paradero.