MURMANSK.- Una barcaza gigante remolcó el martes los restos del submarino nuclear "Kursk" hacia puerto, mientras que un alto funcionario del gabinete descartó posibles riesgos de radiaciones emitidas por los dos reactores del navío recuperado.
Un consorcio holandés levantó el "Kursk" el lunes, más de un año después de que explotó y se fue a pique, causando la muerte de sus 118 tripulantes.
"Tenemos la confianza absoluta de que nada ocurrirá a los reactores", dijo a los reporteros el viceprimer ministro, Ilya Klebanov, quien supervisó la reflotación del "Kursk".
El submarino fue remolcado a puerto en Roslyakovo, cerca de Murmansk, y las preocupaciones sobre una posible fuga de radiación de los dos reactores de 190 megavatios ocasionaron que las autoridades locales prepararan planes de desalojo en caso de emergencia.
Klebanov insistió en que no había peligro. La Armada rusa ha emitido declaraciones similares de que los reactores del "Kursk" están firmemente sellados en sus contenedores de acero.
"Si hubiera existido una probabilidad en un millón de que algo ocurriera, no hubiéramos nunca llevado a cabo la operación en Roslyakovo", dijo Klebanov.
El consorcio holandés Mammoet-Smit International tardó sólo 15 minutos en levantar el submarino, que se encontraba en el fondo del mar, a unos 108 metros de la superficie. El "Kursk" fue levantado por medio de cables de acero tirados desde la barcaza Giant 4.
Una vez levantado, el submarino fue asegurado bajo la quilla de la Giant 4. La torre del submarino y las salientes en su popa se ajustaron en huecos abiertos en la barcaza.
Varias cámaras operadas a control remoto y un grupo de buzos observaron el levantamiento del submarino, mientras que una serie de detectores de radiaciones enviaron mediciones constantes sobre la condición de los reactores. No hubo indicios de una fuga de radiación.
El portavoz de la Flota del Norte, capitán Vladimir Navrotsky, dijo el jueves que algunas nuevas mediciones serían realizadas antes que el submarino sea sacado a puerto. Ello implicaría abrir huecos en el compartimiento del reactor y tomar muestras de agua para garantizar que no haya emisiones de radiación a la atmósfera, dijo el vocero a The Associated Press.
La proa del submarino fue dejada en el fondo del mar, debido a los temores de que un desprendimiento dificultara la reflotación. Luego que el resto del "Kursk" fue levantado, los buzos cubrieron con una red la parte frontal del submarino, que quedó abierta, a fin de evitar que su contenido se esparciera.