NUEVA YORK.- El ántrax puede ser un asesino muy eficiente. Sus esporas pueden sobrevivir durante décadas y si son inhaladas, pueden causar la muerte en un lapso de dos o tres días, presentándose con síntomas similares a los de un resfrío cualquiera.
El ejército considera que el ántrax puede ser el más grave de todas las amenazas biológicas, aunque para ser tan peligroso, debe de ser preparado en la forma de esporas finas que pueden ser inhaladas profundamente por las víctimas.
Distribuido en forma de aerosol, el ántrax es invisible e inodoro. Las esporas solamente pueden ser vistas con un aumento de 50 a 100 magnitudes en el microscopio. Hacen falta aproximadamente unas 10.000 esporas para enfermar a una persona, pero no hay forma inmediata de saber si alguien las ha aspirado.
La bacteria que lo causa vive en la sangre de animales, y cuando éstos mueren, la bacteria produce esporas, que son liberadas al ambiente. Cuando son inhaladas profundamente, se alojan en los pulmones, donde son recogidas por las células inmunológicas llamadas macrófagos, las cuales las llevan a los nódulos linfáticos, donde maduran y se convierten en bacterias.
Las bacterias luego se reproducen y pasan a la corriente sanguínea, donde producen un veneno que causa la producción de dosis letales de compuestos químicos normalmente utilizados por el organismo de la víctima.
Los primeros síntomas, que aparecen en un plazo de 10 días a seis semanas, recuerdan al refrío o influenza, con fiebre, dolor y tos. Luego se dan cuadros de presión baja, inflamaciones, hemorragias y otros síntomas, llegando la muerte unos tres días después.
El ántrax puede ser tratado con antibióticos como cipro o doxycyclina, siempre y cuando no haya síntomas, ya que si se espera a su aparición, aunque se mate a la bacteria lo más seguro es que ya haya producido una gran cantidad de toxinas.
Existe asimismo una vacuna, disponible solamente en cantidades limitadas para el ejército estadounidense. Otra forma de ántrax es el de la piel, que causa inflamaciones. Puede ser fatal, pero generalmente desaparece por su misma y suele afectar a las personas que manejan ganado.