ISLAMABAD.- La ciudad de Kandahar, cuartel general de los talibán, sufrió hoy jueves un fuerte bombardeo de la aviación estadounidense, que efectuó la tercera incursión diurna durante la quinta jornada de la operación "Libertad duradera".
Después de los bombardeos de anoche, la población de la sureña Kandahar, plaza fuerte de los talibán, se vio sorprendida por una serie de intensas explosiones en el centro de la ciudad y también en los barrios de la periferia.
Las más de treinta explosiones causaron el pánico entre los habitantes de esa localidad, que junto con la capital, Kabul, son de momento los objetivos que más han sido bombardeados por las fuerzas anglo-estadounidenses.
Según el relato de los testigos, en el distrito de Daman, donde están ubicados buena parte de los edificios gubernamentales y barracas militares, eran visibles numerosas columnas de humo.
Tras el intenso bombardeo, imágenes transmitidas por el canal de televisión CNN mostraron a grupos de civiles abandonando Kandahar, llevando a cuestas o sobre burras sus escasas pertenencias.
No obstante, fuentes del régimen talibán, indicaron que la mayoría de los residentes de Kandahar continuaban en sus viviendas, y que después del ataque los comercios abrieron sus puertas.
Kandahar, hasta antes de los ataques residencia del líder de los talibán, el "mulá" Mohamed Omar, se halla a unos setenta kilómetros de la frontera paquistaní, oficialmente cerrada desde los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos.
El embajador del régimen talibán en el vecino Pakistán, el "mula", Abdul Salam Zaef, informó en rueda de prensa que al menos quince personas, entre ellas varias mujeres y niños, murieron anoche en Kandahar cuando un misil impactó en una mezquita.
Zaef, en la rueda de prensa que ofrece cada día a los informadores en Islamabad, aseguró que además otros cien civiles perecieron durante un ataque aéreo estadounidense sobre una aldea situada cerca de la ciudad de Jalalabad, al este de Afganistán.
Hasta el pasado miércoles el régimen talibán cifraba en 76 las muertes causadas por los nueve ataques liderados por las fuerzas estadounidenses.
"El Pentágono miente al mundo cuando dice que no están atacando a la población civil, pues en Afganistán se está dañando la seguridad de un pueblo y su honor", añadió el representante del régimen talibán en la capital paquistaní.
También Kabul fue durante esta mañana blanco de otra intensa oleada de bombardeos, que siguieron a los realizados durante la noche y que según confirmó el ministro de Educación, Amir Khan Muttaqqi, causaron al menos diez muertos.
Las víctimas perecieron sepultadas bajo los escombros de una vivienda situada en la zona este de Kabul, cercana a la oficina de Aduanas, y destruida al ser alcanzada por un misil disparado por los aviones que sobrevolaron repetidamente la capital afgana.
Durante la ofensiva aérea nocturna, las bombas dañaron también el aeropuerto y varias bases militares ubicadas al este de la capital afgana, en la que hasta del inicio de los ataques de la aviación estadounidense, residían cerca de un millón de personas.
La oleada de intensos ataques se produjo cuando se cumple justo un mes de los atentados en Estados Unidos, que causaron varios miles de muertos, y que Washington atribuye al multimillonario saudí Osama Bin Laden, cobijado por el régimen talibán.
Los fuertes ataques se prevé que aceleraran el éxodo de afganos en dirección a la frontera paquistaní, cerrada oficialmente desde que Estados Unidos advirtió a los talibán de las consecuencias que iba a acarrear su negativa de entregar a Bin Laden, y el ser refugio de las organizaciones terroristas.
"América está sedienta de sangre y esto es una vergúenza para los países que ayudan a destruir Afganistán", dijo a la prensa el "mulá" Zaef.