ISLAMABAD.- Mientras los norteamericanos homenajeaban este jueves a las miles de víctimas que dejaron los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono hace justo un mes, la aviación militar estadounidense lanzó el más duro ataque contra Kabul desde el comienzo de la operación "Libertad Duradera", el pasado domingo, y se ha centrado en la zona del aeropuerto y los sistemas de comunicación del régimen talibán afgano.
En la quinta jornada de ataques contra Afganistán, la aviación norteamericana se ha dedicado a neutralizar los sistemas de comunicación por radio y los repetidores situados en una colina al oeste de Kabul.
Los ataques, que continúan durante la jornada, también parecen ser especialmente intensos en las zonas sur y norte de la capital de Afganistán, donde las baterías antiaéreas siguen cubriendo el cielo con sus balas trazadoras, aunque sin acertar ningún objetivo.
Debido a que los ataques de las jornadas precedentes ya han conseguido neutralizar los sistemas de radar de los talibán y parte de sus defensas antiaéreas, la aviación estadounidense puede ahora efectuar incursiones diurnas y nocturnas, en un intento por dejar lo más rápidamente posible abierto el camino a la intervención de las tropas terrestres.
El corresponsal en Kabul de la cadena qatarí de televisión "Al-Jazeera" manifestó que los ataques se están centrando en "objetivos militares" del régimen afgano. En declaraciones a la CNN, el periodista de la cadena, el único medio de comunicación independiente que actualmente tiene destacado a un equipo en la capital afgana, señaló que los bombardeos "se han concentrado en instalaciones militares".
Estas declaraciones parecen entrar en abierta contradicción con la versión oficial del régimen de los talibán, que han señalado que "es mentira lo que dice Estados Unidos de que no se está atacando objetivos civiles".
Según portavoces de los talibán citados por la agencia "Afghan Islamic Press", en los ataques han muerto hasta ahora 220 civiles, de ellos 140 en las últimas 24 horas de bombardeos particularmente intensos.
Buen número de ataques se llevan a cabo en la zona norte y oeste de Kabul, donde se encuentran el aeropuerto y algunas instalaciones de interés estratégico, como Radio Sharia, comentó el periodista.
Esta emisora oficial ha dejado de emitir, lo que el informador de "Al Jazeera" achacó a los bombardeos que se han producido en la zona donde se encuentran las antenas repetidoras de telecomunicaciones. Con respecto a los daños que ha podido sufrir la capital afgana con los bombardeos anglo-norteamericanos, el corresponsal subrayó que "no son nada en comparación a como ya la dejaron los propios 'muyajedín'" (combatientes islámicos) durante la guerra civil, que comenzó en 1991 y no ha cesado.
Como consecuencia de los bombardeos sobre la ciudad, mucha gente ha comenzado a abandonarla, indicó. Por la mañana, los ataques se centraron sobre la sureña Kandahar, cuartel general de los talibán, que fue sorprendida por una serie de intensas explosiones en el centro de la ciudad y también en los barrios de la periferia.
Tras el intenso bombardeo, imágenes transmitidas por la CNN mostraron a grupos de civiles abandonando Kandahar, llevando a cuestas o a lomos de asno sus escasas pertenencias. No obstante, fuentes del régimen de los talibán, indicaron que la mayoría de los residentes de Kandahar continuaban en sus viviendas, y que después del ataque, los comercios habían abierto sus puertas.
En tanto, el gobierno de Islamabad reconoció este jueves por primera vez que elementos militares norteamericanos se encuentran en suelo paquistaní, aunque subrayó que no se trata de unidades de combate, sino de personal auxiliar.
No obstante, se supo que más de quince aviones norteamericanos, entre los que se incluyen aparatos de transporte C-130, llegaron hace dos días a la base de Jacobabad, en el centro de Pakistán.
El Gobierno del Presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, ofreció su "pleno apoyo" a Estados Unidos desde el principio de la crisis tras los atentados del pasado 11 de septiembre, de los que Washington acusa al presunto terrorista saudí Osama Bin Laden, protegido de los talibán.
En principio, ese "pleno apoyo" se traducía en la cesión del espacio aéreo, el intercambio de información en materia de servicios secretos y cierto apoyo logístico, pero Islamabad recalcó que nunca permitiría la presencia de tropas norteamericanas en su suelo.
Medios occidentales sostienen, sin embargo, la tesis de que unidades norteamericanas de elite podrían estar o haber estado en Pakistán, desde donde pasarían, o ya han pasado, a Afganistán.