EMOLTV

Temor a nuevos atentados aumenta nerviosismo en norteamericanos

La psicosis colectiva se apoderó de los norteamericanos tras las amenazas de que se podrían producir nuevos atentados terroristas tras el comienzo de las represalias militares en suelo afgano. Las autoridades, junto con decretar el estado de alerta máxima, han reforzado la vigilancia policial en los principales edificios públicos.

12 de Octubre de 2001 | 16:11 | AFP
WASHINGTON, Oct 12 (AFP) - Las autoridades estadounidenses decretaron el estado de alerta máxima y reforzaron las medidas de seguridad en todo el país por temor a nuevos atentados, acentuando aun más la psicosis que se apoderó de la población tras los atentados en Nueva York y Washington y luego de la amenaza de Osama bin Laden el domingo pasado.

Como cada día después de los atentados con aviones-suicidas del 11 de setiembre, que provocaron alrededor de 5.500 muertos y desaparecidos, la administración Bush lanzó el jueves una nueva advertencia sobre la inminencia de nuevos ataques en los "próximos días", que podrían afectar al territorio nacional y a intereses estadounidenses en el mundo.

"Aunque no hacen referencia a blancos concretos, algunas informaciones dan buenas razones (...) para pensar en que nuevos ataques terroristas podrían perpetrarse en Estados Unidos y contra intereses norteamericanos en el exterior en los próximos días", afirma un comunicado del FBI.

Este organismo de seguridad no dio ninguna precisión sobre la naturaleza exacta de la amenaza ni sobre el o los lugares que podrían ser objeto de los ataques. Pero, según jerarcas de la administración republicana citados por el diario "Washington Post", los servicios de inteligencia estadounidenses dieron cuenta de informaciones "creíbles", según las cuales era probable que este fin de semana se produjeran "múltiples ataques terroristas".

Algunas de ellas indican que la embajada estadounidense en Moscú y una "instalación norteamericana" en Italia figuran en la lista de objetivos potenciales.

La meta no es "enloquecer a la población", señaló anónimamente un agente del FBI. "Esperamos que los estadounidenses lleven una vida normal. Pero queremos que el público esté informado y alerta", subrayó.

A pesar de que llamó a los estadounidenses a no entrar en pánico, el Presidente George W. Bush confirmó el jueves por la noche, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, que existía una "amenaza persistente" y aseguró que su administración estaba haciendo todo lo posible para desbaratar una tentativa de atentado.

La policía local ya había aumentado hace dos semanas la vigilancia alrededor de los reservorios de agua potable y de las centrales nucleares. Los propietarios de aviones fumigadores y camiones fueron invitados a aumentar la vigilancia.

Después de esta nueva advertencia aumentó el despliegue policial en lugares públicos, estaciones y rutas. Pero las autoridades de varias grandes ciudades, como Miami, Detroit, Nueva York y Dallas, afirmaron que ya habían tomado todas las medidas posibles.

Soldados de la Guardia Nacional, vestidos de combate y con fusil de asalto a la espalda, patrullan los aeropuertos ya desde hace varias semanas. Las centrales nucleares y los centros de investigación fueron puestos en el "nivel de protección SECON 2" (Security Condition 2), el máximo grado de alerta, según un comunicado del Laboratorio Federal de Investigaciones nucleares de Los Alamos.

Se aumentó el número de guardacostas en las "zonas de seguridad" y se instauró un perímetro de seguridad de 30 metros alrededor de las naves de crucero que parten. En la capital federal se prohibió la circulación de camiones y autobuses alrededor del Capitolio, el edificio donde funciona el Congreso y los barcos de recreo están impedidos de fondear bajo los puentes de acceso a la ciudad.

La policía de Washington recibió la consigna de vigilar más atentamente ante el temor de un atentado con camión-bomba. Más de 700 camiones o camionetas han sido controlados en el correr de los diez últimos días, indicó el comisario Charles Ramsey.

La psicosis terrorista puso, en todo caso, los nervios de punta a los estadounidenses. Las fuerzas del orden ya no cuentan el número de llamados de ciudadanos inquietos, deseosos de informar acerca de comportamientos o individuos sospechosos, una paranoia alimentada por las decenas de falsas alarmas que cada día atraviesan el país.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?