MADRID.- Un coche-bomba explotó en la noche del viernes en un parking del centro de Madrid sin causar víctimas mortales, en lo que las autoridades sospechan podría tratarse de un atentado de la organización separatista vasca ETA, informaron medios locales.
El hecho, registrado a las 23:50 (local) en el estacionamiento ubicado debajo de la céntrica Plaza Colón, dejó un saldo de 17 heridos leves, seis de los cuales ya fueron dados de alta, indicaron fuentes de bomberos.
La zona de la Plaza Colón había sido escenario antes del mediodía del desfile militar por la Fiesta Nacional de España, al que asistieron el rey Juan Carlos y el jefe del Gobierno español, José María Aznar, además de otras altas autoridades nacionales y miembros de la familia real.
La explosión se produjo muy cerca de la tribuna de honor que el rey Juan Carlos y Aznar ocuparon durante el desfile, en el que participaron 5.000 soldados y fue también presenciado por toda la familia real.
Según versiones difundidas por la televisión local, ETA se atribuyó el hecho en un llamado anónimo.
El vehículo que explotó, un Ford Fiesta blanco cargado con entre 25 y 30 kilos de explosivos, había sido trasladado al aparcamiento cuatro horas antes por la grúa municipal, al ser detectado en medio de un paso de cebra a la altura del número 24 de la calle Alcántara, barrio de Salamanca, a unos dos kilómetros del parking.
Una advertencia recibida en horas de la mañana por los bomberos daba cuenta de la colocación de un coche-bomba frente al número 30 de esa calle, donde se encuentra un edificio de Telefónica Internacional.
La zona fue inspeccionada sin resultados, por lo cual se cree que el vehículo pudo haber sido colocado después de la revisión realizada por las fuerzas del orden, indicaron fuentes policiales.
La explosión causó daños en unos 80 vehículos y dejó un cráter de entre seis y siete metros de diámetro, por el cual el Ford Fiesta, que había sido robado en la localidad de Fuenlabrada en agosto pasado, descendió al siguiente piso del parking. Las placas del auto, que estaban dobladas, corresponderían a otro coche de la localidad madrileña de Leganés.
Los bares, cines, teatros y restaurantes de la zona fueron evacuados y la región se encuentra cercada.
Desde que ETA anunció en diciembre de 1999 el fin de su "cese el fuego", 35 personas murieron en acciones terroristas perpetradas por la organización vasca, 12 de ellas durante el corriente año. Hace dos semanas, un coche-bomba con cuarenta kilos de explosivos estalló frente al Palacio de Justicia de la ciudad vasca de Vitoria, con un saldo de un herido.
El secretario general del PP, Javier Arenas, señaló que el atentado "puede tener algo que ver" con el acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Francia y España para acelerar las extradiciones de etarras y que significa una "más amplia colaboración" de estos países contra el terrorismo.
Antes de participar en un mitin junto a Manuel Fraga en Viveiro (Lugo), Arenas señaló que el PP lamenta "profundamente" el atentado y añadió que ETA "intenta matar cada vez que puede".
Por su parte, el diputado de Izquierda Unida y secretario general del Partido Comunista de España, Francisco Frutos, manifestó que los ETA no aprende de lo que pasa en el mundo.
"ETA es un residuo del siglo XX ya entrado en el siglo XXI, al que hay que combatir con una policía que cumpla su obligación, según las normas democráticas del país, y que la política haga el resto para aislar todo este planteamiento de intentar solucionar los problemas a tiros", apuntó.
El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Jon Maz, condenó desde San Sebastián el atentado de Madrid y aseguró que "si una cosa está clara en la sociedad vasca y en la sociedad occidental actual es que el terrorismo tiene sus días contados".
Además de expresar la "rotunda" condena en nombre del lehendakari (jefe de gobierno) y del gobierno vasco, por la explosión en la capital española, rechazó el ataque perpetrado ayer con un potente artefacto que destruyó la casa de la edil del PP Dolores Oleaga en la localidad alavesa de Arrazua-Ubarrundia.