ISLAMABAD.- El hijo de 10 años del líder máximo de los talibán murió en presencia de su padre, el "mulá" Mohamed Omar, en la primera noche de los bombardeos a Afganistán, según relató a la BBC un hombre que afirma ser el médico que atendió al pequeño.
Parecen confirmarse así los testimonios de varios de los refugiados que han llegado a Pakistán desde el comienzo de los ataques aéreos el pasado día 7.
Según la versión de Abdul Bari, quien entró hoy en Pakistán desde la ciudad de Kandahar, el niño, gravemente herido por la explosión de una bomba o un misil, fue llevado al hospital por su padre, quien imploró al médico salvar a su hijo.
El doctor Bari operó durante unas horas al pequeño, que estaba mal herido en el vientre y en un muslo, pero sus esfuerzos, dificultados por la falta de medios, resultaron infructuosos, según contó en un buen inglés a la BBC en la frontera entre Afganistán y Pakistán.
Estados Unidos ha reconocido que la residencia de Omar en Kandahar, en el sur de Afganistán, ha sido blanco de los ataques.
El líder de los talibán, de 41 años y que perdió un ojo en la guerra contra las fuerzas soviéticas de ocupación en los años 80, no ha aludido a la muerte de su hijo en ningunas de sus declaraciones públicas.