ISLAMABAD.- Los bombardeos norteamericanos continuaron este jueves en las afueras de Kandahar, la ciudad más importante del sur de Afganistán, y en el frente de Kabul, al tiempo que el régimen talibán pidió a la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) que envíe una misión para que inspeccione los destrozos causados por los ataques.
El ministro de Educación del régimen talibán, Amir Khan Muttaqi, dijo que "muchas personas" murieron cuando un bus de pasajeros fue alcanzado por una bomba en el extrarradio de Kandahar.
"Los aviones americanos bombardearon esta mañana la puerta de Kabuli, en Kandahar, y destruyeron un bus completamente lleno de pasajeros", dijo Muttaqi a la agencia afín al régimen talibán "Afghan Islamic Pres".
Mutttaqi, que precisó desconocer la cifra de víctimas mortales, explicó que los pasajeros fueron "martirizados" cuando el bus salía de Kandahar en dirección a Kabul, la capital.
Sin embargo, fuentes del hospital de Kandahar, señalaron haber recibido ocho cadáveres recuperados en el lugar donde fue alcanzado el bus, aparentemente durante los ataques llevados a cabo la madrugada por la aviación estadounidense.
Cerca del setenta por ciento de la población de Kandahar, en la que no funciona la electricidad, hay carencia de agua, y en la que hasta antes de los bombardeos residían medio millón de personas, ha abandonado la ciudad por temor a los bombardeos y la dificultad para encontrar alimentos.
Los bombardeos, que duraron aproximadamente una hora, fueron intensos en el noreste de Kandahar, donde están emplazados varios depósitos de combustible, entre los blancos perseguidos durante los últimos ataques registrados en las proximidades de esta ciudad.
En Kabul la situación era de relativa calma al no registrarse bombardeos durante al menos la mitad de la jornada, aunque si fue atacado nuevamente el frente, a unos 40 kilómetros al norte de la capital, donde los talibanes luchan contra las fuerzas de la Alianza del Norte.
También los aviones estadounidenses bombardearon las posiciones defensivas de los talibanes en las proximidades de la norteña ciudad de Mazar-i-Sharif, que tratan de tomar las tropas de la Alianza del Norte, que de momento han cosechado reveses cada vez que han intentado conquistarla.
Los avances de las tropas de la Alianza del Norte son importantes para encauzar la derrota de los talibanes, en el poder desde 1996. El régimen talibán instó este jueves a la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) a enviar a Afganistán una misión para que sobre el terreno compruebe la cifra de muertes e inspeccione los daños causados por los bombardeos.
"Deben venir para ver con sus propios ojos la destrucción causada por los americanos y sus aliados", manifestó Muttaqi.
La OCI, compuesta por 56 naciones, no reconoce al régimen talibán, que únicamente mantiene relaciones diplomáticas con Pakistán a pesar de que su Gobierno forma parte de la coalición internacional antiterrorista.
El ministro de Educación del régimen talibán reiteró que Estados Unidos "está cometiendo actos de barbarie al bombardear de manera indiscriminada áreas residenciales, mezquitas y hospitales".
Naciones Unidas informó el pasado miércoles de que una mezquita ubicada en un recinto militar de la localidad de Herat, al noroeste, y una aldea cercana fueron alcanzadas por bombas.
El régimen talibán clama que más de un millar de personas han muerto desde que el pasado 7 de octubre las fuerzas anglo-estadounidenses comenzaron a bombardear suelo afgano.
Los objetivos de la campaña militar en Afganistán son destruir los campos de adiestramiento de la organización terrorista "Al Qaeda", que capitanea el disidente saudí Osama Bin Laden, y castigar al régimen talibán por darles cobijo.
Por su parte, Estados Unidos sostiene que los talibán exageran la cifra de víctimas.