AIROLO (Suiza).- Los socorristas que tratan de rescatar los cadáveres atrapados en el túnel de San Gotardo (sur de Suiza), donde chocaron el ayer de frente dos camiones, se enfrentan al peligro de nuevos derrumbamientos de la bóveda.
Según los expertos, el humo o las llamas no constituyen ya el mayor riesgo para los equipos de rescate, sino la posibilidad de que se derrumben más trozos de la bóveda del túnel como los que aplastaron a varios vehículos en los primeros momentos tras el mortífero accidente.
Oficialmente, la cifra de víctimas mortales comunicada por la policía del Tesino, que centraliza las operaciones, es por el momento de diez aunque nadie sabe a ciencia cierta cuántas personas han muerto asfixiadas o quemadas.
Tampoco se sabe, más de veinticuatro horas después, cuántos automóviles se vieron implicados en el accidente, que comenzó con la colisión de dos camiones, uno de los cuales llevaba neumáticos y el otro, materiales aislantes.
El chófer del primer camión, el italiano Bruno Saba, que sobrevivió al choque, a diferencia de su colega, salvó con seguridad la vida de muchos otros automovilistas al saltar de la cabina y avisar de lo ocurrido a quienes se aproximaban al lugar.
Una veintena de conductores pudo darse la vuelta y alcanzar la salida sur del túnel, a menos de dos kilómetros del lugar del siniestro, mientras que otros abandonaron sus vehículos y lograron escapar por la galería de emergencia.