WASHINGTON.- El presidente George W. Bush pidió el viernes la más pronta aprobación por el Congreso de la autoridad de promoción comercial que le permita expandir el comercio como recurso esencial para el crecimiento económico.
"Para poner en marcha un poderoso programa de recuperación económica es necesario que se me conceda la autoridad para negociar acuerdos comerciales", dijo Bush en la Casa Blanca ante dirigentes empresariales y agroindustriales de la nación.
Indicó que el comercio expande las oportunidades para empresas grandes y pequeñas y crea más oportunidades de trabajo, pero sin la autoridad de promoción comercial, conocida también como fast track, es difícil dar el primer paso.
El proyecto de fast track fue aprobado este mes en un comité de la Cámara de Representantes y ha pasado al plenario para su debate. Una vez aprobado, será enviado al Senado, que hará lo propio.
Bush desea más que nunca que el debate sea expeditivo ya que dentro de dos semanas empezará la reunión mundial de comercio en Doja, Katar, donde su gobierno espera fijar una agenda eminentemente de desarrollo agrícola.
Igualmente, Bush tiene en mesa las negociaciones de libre comercio con Chile, con el cual espera firmar un acuerdo antes de concluir el año, y luego el dialogo en gran escala del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que abarcará a todo el continente.
2Soy el primer presidente que no tiene la autoridad de promoción comercial", dijo Bush, refiriéndose a la concesión que el Congreso ha hecho a presidentes hasta su antecesor, Bill Clinton. "La necesito ahora".
El fast track no significa que el Congreso le dé al presidente carta blanca, pero es un prerrequisito esencial para negociar sin sobresaltos acuerdos internacionales que no podrán ser enmendados por la legislatura a la hora de su ratificación.
"La autoridad de promoción comercial es parte del interés nacional", dijo Bush. "Es parte del interés mundial que podamos comercializar en libertad".
El dramático pedido fue formulado en un discurso en que dio seguridades a la nación de que la campaña internacional y nacional que está librando contra el terrorismo sólo tendrá un vencedor: Estados Unidos.
Temprano, también en la Casa Blanca, Bush había convertido en ley un proyecto de amplio alcance que daba a las agencias policiales y de inteligencia nuevos poderes para "contrarrestar una amenaza que jamás ha encarado otra nación".
Bush dijo que el comercio será un instrumento complementario de la campaña contra el terrorismo porque daba la oportunidad de involucrar a "todos los pueblos del mundo" en una economía abierta de mercado que traerá mejores niveles de vida y más libertades políticas.
"Nadie estará descalificado para el comercio mundial", dijo Bush. "No habrá descalificaciones por creencias religiosas, ni por nacionalidad, ni por geografía".