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Bush debe comenzar a preocuparse

Las primeras señales de descontento sobre la conducción de la guerra contra el terrorismo comienzan a surgir en pueblo norteamericano.

30 de Octubre de 2001 | 18:45 | Reuters
WASHINGTON.- Las críticas a cómo conduce el gobierno de George W. Bush la guerra contra el terrorismo en el país y en el exterior están aumentando, lo que sugiere que la luna de miel que disfrutó el presidente tras los atentados del 11 de septiembre estaría llegando a su fin.

Hasta el momento, la mayoría de las críticas se han confinado a politólogos y analistas de prensa, sin afectar los elevados índices de aprobación que Bush ha obtenido desde los atentados en Nueva York y Washington, que dejaron unos 5.000 muertos.

"Siempre hay un lapso. Las críticas durante grandes crisis prolongadas usualmente comienzan entre los líderes de opinión y los activistas y luego se decantan lenta y gradualmente al público", dijo el historiador Allan Lichtman, de la Universidad Americana.

"El pueblo estadounidense está dispuesto usualmente a apoyar a su líder durante una crisis por un tiempo relativamente largo, lo cual es crucial porque Bush no podrá mantener una campaña seria sin el apoyo de los estadounidenses", dijo.

Las críticas hasta el momento se centraron en cuatro áreas clave:

- La campaña militar en Afganistán se está empantanando y no progresa hacia los resultados deseados de capturar o matar al militante de origen saudita Osama bin Laden, a quien el gobierno acusa de orquestar los atentados, y derrocar a sus protectores afganos del movimiento fundamentalista islámico Talibán.

- Estados Unidos está desarrollando con precaución sus golpes militares en un intento de mantener el tibio apoyo árabe; entretanto está perdiendo su guerra de propaganda en el mundo islámico.

- El gobierno no está manejando de forma adecuada la amenaza del carbunco (anthrax en inglés).

- Bush apoya el intento de algunos republicanos de la Cámara de Representantes de otorgar miles de millones de dólares en forma de devolución de impuestos retroactivos a las corporaciones fuertes, bajo el disfraz de un paquete de estímulos económicos.

¿Siente Bush la presión?

La revista "Time" dijo en su nota de portada de esta semana: "Combatiendo a enemigos esquivos en el país y en el exterior, el Presidente Bush y su equipo están sintiendo la presión".

Una encuesta publicada el martes por el diario "The New York Times" encontró las primeras señales de descontento público en varios frentes. La mitad de los 1.024 encuestados dijeron que el gobierno no está diciendo todo lo que necesitan saber sobre el brote de carbunco.

Solamente el 18 por ciento considera que el gobierno puede protegerlos contra el terrorismo, en comparación con el 35 por ciento hace tres semanas; sólo el 28 por ciento dijo tener mucha confianza en que Estados Unidos pueda capturar o matar a Bin Laden, y solamente el 29 por ciento dijo que confiaba en que Estados Unidos pueda mantener su alianza internacional.

El analista político de la Universidad de Texas, Bruce Buchanan, quien estudió la opinión pública durante anteriores crisis exteriores importantes que resultaron mal, como la crisis de los rehenes de Irán en 1979 y la de Bahía de Cochinos en 1961, dijo que el efecto de apoyo encendido al gobierno generalmente duraba unas 30 semanas.

"Todavía no hemos llegado para nada a ese punto, por lo tanto pronostico que el apoyo al presidente Bush continúe siendo elevado durante varios meses. Sin embargo, debe comenzar a mostrar resultados en algún punto", dijo.

Las críticas a la operación militar comenzaron a hacerse públicas la semana pasada y desde entonces han aumentado. Los conservadores son quienes lideran la carga.

En la edición del martes del "Washington Post", el columnista Charles Krauthammer escribió: "La guerra no va bien y es hora de decir por qué. Se ha peleado con medidas a medias. Se ha peleado con miras a los deseos de nuestros 'socios de la coalición'. Se ha peleado para satisfacer la 'calle' árabe. Se ha peleado para satisfacer a los diplomáticos en lugar de a los generales".

La respuesta del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha sido pedir paciencia y dejar de lado las críticas provenientes de la ansiedad de los medios de comunicación.

"Escucho cierta impaciencia de la gente que debe producir noticias cada 15 minutos, pero no del pueblo estadounidense. Creo que el pueblo estadounidense entiende el hecho de que esto va a ser prolongado y duro", dijo el domingo.

La acusación de que el gobierno no manejó bien sus relaciones públicas con el mundo árabe fue tal vez mejor expresada por el ex embajador en las Naciones Unidas Richard Holbrooke.

"Un asesino en masa que opera desde una cueva en el sur de Afganistán parece estar ganando una batalla de asuntos públicos, una batalla de diplomacia pública con el líder de las comunicaciones mundiales, Estados Unidos", dijo.

Perfeccionando la guerra contra el carbunco

El gobierno se esforzó por perfeccionar sus esfuerzos informativos en el país y recuperarse del tropiezo inicial en el manejo de la crisis del carbunco. Sin embargo, la mortal bacteria continúa apareciendo en cada vez más edificios.

"No sabemos nada de un día para el otro. Obtenemos cierta información y luego hay una contradicción o un cambio. Y eso es lo que ocasiona la fuente de pánico", dijo el senador Christopher Dood, un demócrata por el estado de Connecticut.

Potencialmente, el efecto más nocivo para Bush es el reembolso impositivo de la Cámara de Representantes para las empresas, muchas de las cuales contribuyeron con la campaña presidencial de Bush. Esa iniciativa probablemente muera en el Senado, pero aún podría volver a perseguir a Bush.

"Bush caerá en las mayores críticas en temas como éste, donde la gente lo percibe como un político en lugar de un comandante en jefe", dijo el analista político de la Universidad de St. Louis Joel Goldstein.

Mark Rozell, analista político de la Universidad Católica, dijo que Bush tiene que empezar a preocuparse.

"Aunque el apoyo público no disminuye en este momento, el constante repicar de las críticas de líderes de opinión y de los medios de comunicación eventualmente se traducirán en una pérdida de apoyo público", declaró.
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