WASHINGTON.- El gobierno estadounidense salió este martes al paso a una andanada de críticas de líderes del Congreso, de que la nueva advertencia sobre atentados terroristas solamente servía para alterar los nervios a una población de por sí ya temerosa.
El director de seguridad interior Tom Ridge se reunió con líderes de ambas cámaras, algunos de los cuales expresaron preocupación ante la divulgación de las alertas. Según dicen, la emisión repetida de advertencias a la larga haría que la población no las tome en serio.
Ridge admitió que él también estaba preocupado por tal posibilidad, pero señaló que la advertencia emitida el lunes se sustentó en información recabada de "fuentes fidedignas", que sugieren un ataque para "la próxima semana".
"Estamos lidiando con gente que pelea en las tinieblas", señaló Ridge. La alerta procura impulsar la necesidad de que la seguridad nacional sea "una tarea de todos".
En el Congreso, las voces apuntaban a la incredulidad.
"Habría que preguntarse cuál es el objetivo práctico de estas advertencias más allá de provocar más temor", comentó el senador Richard Durbin, demócrata por Illinois.
El peligro, según dijo el senador Chuck Hagel, es el abusar en la emisión de las advertencias. "La población empezaría a no tomarlas muy en serio. Hay que tener mucho cuidado", indicó Hagel, republicano por Nebraska.
Se supone que las amenazas tienen relación con Osama bin Laden o su red al Qaeda, sospechosos de los devastadores ataques a Estados Unidos el 11 de septiembre.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Ridge dijo que los estadounidenses deben estar en alerta sin alterar su ritmo normal de vida.
Simultáneamente, fuentes oficiales dijeron que el vicepresidente Dick Cheney fue llevado a un lugar no revelado el lunes por la noche y que seguía allí el martes, para salvaguardar la continuidad del gobierno en el caso de un ataque al Presidente George W. Bush.
El secretario de Justicia John Ashcroft dijo que la advertencia -la segunda este mes- está basada en fuentes creíbles, según otros procedentes de fuentes de inteligencia, de que los terroristas podrían actuar nuevamente en Estados Unidos o contra intereses norteamericanos en el extranjero. La información no especificó el tipo de ataques o los objetivos, agregó Ashcroft.
Ridge dijo el martes que los norteamericanos deberían acostumbrarse a ser cautelosos. "Hasta que desalojemos a los terroristas que viven entre nosotros y hasta que saldemos las cuentas con los terroristas en Afganistán ... este país, a partir del 11 de septiembre, tendrá que permanecer, por ahora, en un elevado estado de alerta", dijo Ridge a la cadena de televisión CBS.
Desde el 11 de octubre, cuando el FBI emitió una alerta similar, Ashcroft ha intentando compaginar las advertencias públicas sin alarmar indebidamente a la población.
El director del FBI Robert Mueller indicó que la advertencia del 11 de octubre pudo haber evitado un nuevo ataque. Ashcroft insistió que la ausencia de esos ataques no debería hacer que el público caiga "en un falso estado de indiferencia".
Las autoridades dijeron que la advertencia estuvo basada en parte en informaciones de inteligencia según las cuales la organización al-Qaeda de bin Laden podría preparar nuevos atentados ante la ofensiva que encabeza Estados Unidos en Afganistán.