ISLAMABAD.- La milicia islamista de los talibán aseguró este miércoles que los bombardeos estadounidenses han matado a más de 1.500 civiles desde su inicio el pasado 7 de octubre y, para reforzar sus acusaciones, mostró a periodistas extranjeros los daños causados por una bomba en Kandahar (sur), que dejó 13 muertos.
"Hasta ahora, 1.500 inocentes, hombres, mujeres y niños, fueron víctimas de la táctica del Gobierno (del Presidente estadounidense, George W.) Bush", declaró en rueda de prensa el embajador adjunto de los talibán en Islamabad, Suhail Shahin, quien volvió a acusar a Estados Unidos de llevar a cabo "un genocidio contra el pueblo afgano".
Hasta ahora, los talibán hablaban de un millar de víctimas civiles. Estados Unidos siempre rechazó las cifras avanzadas por Kabul y dijo que se trataba únicamente de propaganda.
Para dar más peso a las cifras que comunicaron, los Talibán llevaron este miércoles a un grupo de periodistas extranjeros a una zona residencial de Kandahar (sur), el feudo de la milicia islamista, para mostrarles los estragos de los bombardeos.
Una clínica de la Media Luna Roja y una casa vecina fueron alcanzadas por una bomba en la madrugada del miércoles, causando la muerte de 13 personas, según comunicó el médico Syed Abbas.
"Los hemos traído hasta aquí para que vean con sus propios ojos que aquí no hay campamentos militares o una base militar. Aquí sólo hay población civil", explicó Mohammad Naim, un talibán que acompañaba a los periodistas.
Según Abbas, 13 personas murieron en la casa y cinco médicos resultaron heridos en la clínica.
"Es una atrocidad estadounidense. No están atacando a los talibán o a Osama bin Laden, sino que alcanzan zonas residenciales, declaró un residente Mohammad Alí a los periodistas.
Un reportero de la AFP en el lugar dijo que el consultorio estaba destruido y que la casa se había derrumbado. En la madrugada del miércoles, oyó varias fuertes explosiones hacia las 05:00 horas locales (00:30 horas GMT).
En el norte de Afganistán, aviones estadounidenses bombardearon la línea de frente de los talibán cerca de Keshendé, unos 50 kilómetros al sur de la estratégica ciudad de Mazar-i-Sharif (norte), según declaró a la AFP un portavoz de la oposición armada.
También atacaron con intensidad el frente norte de Kabul, lanzando unas 50 bombas contra posiciones de los talibán.
En Islamabad, la tensión aumentó entre la ONU y los talibán, tras no concretarse una reunión entre el representante especial de Naciones Unidas para Afganistán, Lajdar Brahimi, y el embajador de los talibán Abdul Salam Zaif.
El portavoz de la ONU en Islamabad, Eric Falt, dijo que el representante de la ONU "no tenía tiempo" para hablar con Zaif de los ataques estadounidenses contra Afganistán.
Pero la agencia afgana AIP, basada en Pakistán y cercana a los talibán, dijo que el líder de la milicia islamista, el mullah Mohammad Omar, ordenó a su embajador que no mantuviera contactos con Brahimi.
"Ahora quedó demostrado al 100% que las Naciones Unidas no son imparciales. Se convirtieron en un instrumento en manos de Estados Unidos", declaró Omar, citado por AIP.
Mientras tanto, Pakistán decidió suspender la admisión de refugiados afganos, después que se llenara el campamento de refugiados de Killi Faizo.
Del otro lado de la frontera, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), denunció que miembros de la milicia talibán armados tomaron una de sus oficinas en Spin Boldak (sur), complicando su tarea de repatriar a refugiados afganos desde Pakistán.