QUITO.- El gobierno de Ecuador dijo el jueves que pondrá más policías a patrullar las calles de las principales ciudades del país mientras la población exige acciones efectivas y urgentes para mitigar una creciente ola delictiva.
La policía se comprometió a elevar el número de efectivos en las calles, tras enfrentar críticas debido a que el 37,5 por ciento de su fuerza operativa de 16.000 miembros se encuentra asignada a dar protección a sedes diplomáticas, entidades y funcionarios estatales. En el país existen otros 5.000 policías que se dedican a labores administrativas.
De igual manera, la policía prohibirá a los vendedores ambulantes comercializar sus productos en el interior de los autobuses de transporte público urbano, donde en las últimas semanas se ha registrado una serie de asaltos que alarmaron a la población, especialmente en Quito, la capital ecuatoriana.
"Hay vendedores ambulantes buenos y malos. Pero no se va a permitir el ingreso de ninguno de ellos", dijo a los periodistas el ministro de Gobierno, Marcelo Merlo, al oficializar el nuevo plan de seguridad.
El gobierno también dispuso la colocación de alarmas y tornos de acceso en todos los autobuses de transporte urbano, así como la presentación de la cédula de identidad para comprar un boleto para el servicio de transporte interprovincial.
Según la policía, las denuncias se incrementaron en un 17 por ciento de enero a noviembre del 2000 frente a igual período de 1999, año marcado por una grave crisis económica que dejó a miles de ecuatorianos en el desempleo.
El comandante encargado de la Policía Nacional, José Villacís, dijo que el gobierno incrementará en los próximos seis años el número de efectivos policiales en 4.000 por año para garantizar una mayor seguridad en las principales ciudades del país.
Otra medida contemplada en el plan de seguridad es facilitar equipos de comunicación para que los taxistas actúen como "patrulleros honorarios" y reporten hechos delictivos directamente a los destacamentos policiales.
Según una encuesta de la firma Cedatos-Gallup, en 736 hogares de las ciudades de Quito y Guayaquil un 73 por ciento de los ecuatorianos sienten que la violencia y la inseguridad aumentaron en el último año.
Un 44 por ciento de los encuestados dijeron que ellos o sus familias habían sido objeto de robos, atracos o violaciones en los últimos meses, según la encuesta independiente.
