MURMANSK.- Rusia reconoció hoy que, pese a la minuciosa investigación en marcha tras el rescate del fondo del mar del submarino nuclear "Kursk", puede que nunca se descifre el enigma del naufragio.
"El análisis de materiales y otras pruebas realizadas en el 'Kursk' pueden suministrar información para comprender cómo ocurrió la catástrofe", dijo hoy el viceprimer ministro ruso, Ilía Klebánov.
Las pesquisas que desde hace ocho días efectúan fiscales rusos en la nave resucitaron todas las versiones que había sobre la catástrofe, y al mismo tiempo, reforzaron el pesimismo de que sea posible descubrir exactamente lo que la motivó.
Klebánov, presidente de la comisión gubernamental para establecer las causas del naufragio, afirmó que las pruebas y experimentos las realizarán los expertos más acreditados del país y que sus resultados no estarán listos antes de dos meses.
"No puedo decir con un cien por ciento de certeza que esa información nos permitirá conocer las causas de la catástrofe del 'Kursk'", sentenció cauteloso el viceprimer ministro.
La versión oficial dice que el "Kursk", con 118 tripulantes a bordo, se hundió a consecuencia de dos explosiones sucesivas ocurridas el 12 de agosto del año pasado durante unas maniobras navales.
"Tenemos una idea más o menos clara de cómo se desarrollaron los acontecimientos en el 'Kursk' a partir del primer segundo después de las explosiones", dijo el almirante Vladímir Kuroyédov, comandante de la Armada rusa, en una reciente conferencia de prensa.
"Pero no tenemos nada que nos permita conocer lo que pasó antes de ese primer segundo", resaltó el militar.
Según la comisión de Klebánov, la primera explosión se produjo por la detonación de uno de los torpedos emplazado en la primera sección del "Kursk", en la proa.
Tras una pausa de 135 segundos, ocurrió una segunda explosión de una potencia muy superior en la misma zona del submarino, que abrió una enorme fisura en el casco e hizo naufragar al sumergible.
Al evaluar las investigaciones hechas por fiscales en el interior del "Kursk" tras su reflote y traslado al astillero Rosliakovo (en el Artico ruso), los expertos se han dividido.
Unas abolladuras descubiertas a lo largo del casco por debajo de la línea de flotación revivieron las sospechas de que el "Kursk" colisionó con otra nave, supuestamente otro submarino.
"Decir que estas huellas son el resultado de una colisión que desató la catástrofe es incorrecto", afirmó Yuri Yákovlev, fiscal militar, al resaltar que la investigación continúa.
Tras tres días de reconocimiento, el fiscal general de Rusia, Vladímir Ustínov, reveló que en el interior del "Kursk" ocurrió un incendio devastador que carbonizó a los tripulantes de la primera sección y del puesto de mando.
Ustinov dijo que tras los análisis de los materiales deformados por las llamas, los especialistas determinaron que las temperaturas en el epicentro de la conflagración pudieron alcanzar los 8.000 grados centígrados.
Según investigadores anónimos citados por la prensa rusa, se han hallado indicios de que un torpedo explotó a consecuencia de un defecto de fabricación o por el funcionamiento inadecuado de los sistemas de disparo.
Para no comprometer la reputación de la tripulación del "Kursk", que la opinión pública considera héroes, en voz baja también circulan versiones de un posible error humano.
Desde que comenzaron las labores de reconocimiento el pasado 25 de octubre, los fiscales han encontrado 55 cadáveres. En un primer rescate tras la catástrofe se recuperaron 12 cuerpos.
Por otra parte, expertos militares reconocieron que hay notorias dificultades para extraer tres de los 22 misiles de crucero "Granit" que portaba el "Kursk".
Según las fuentes, los silos donde se encuentran esos tres misiles sufrieron deformaciones que complican su extracción. Hasta ahora, se han extraído 15 de los misiles.