ISLAMABAD.- Los aviones estadounidenses iniciaron este domingo su quinta semana de bombardeos de los talibanes, intensificando sus ataques en el norte, mientras el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, anunciaba que la campaña aérea podría prolongarse durante el Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes.
Estados Unidos realizó un masivo y duro bombardeo de las posiciones de los talibanes en el noroeste de Afganistán, cerca de la frontera con Tayikistán, según informaron fuentes en la zona.
Los aviones lanzaron más de un centenar de bombas en cinco horas, superando la totalidad de las utilizadas desde hace una semana los cuatro ataques anteriores.
En un cielo sin nubes, se observaba desde tierra y desde las riberas del río Kojsha a los B-52 que lanzaban bombas sobre los cerros donde estaban instaladas las tropas de los talibanes.
Inmensas columnas de humo negro y gris se elevaban al cielo y el ruido de las explosiones llegaba hasta las poblaciones aledañas.
En el frente del norte de Kabul, un avión aterrizó por primera vez en el nuevo aeropuerto de la oposición afgana, construido con ayuda de estadounidenses en Cherkat.
Fuentes militares indicaron que el avión, que desde lejos parecía un Antonov, aterrizó en la polvorienta pista cerca de las 03:00 locales (10:30 GMT), y permaneció unos 15 minutos antes de despegar de nuevo.
En Kabul, en tanto, una bomba alcanzó un camión, dejando a nueve talibanes heridos, declaró Abdul Wakil Omari, jefe adjunto de Bajtar, la agencia oficial de los talibanes.
También se produjeron violentos combates por el control del distrito de Aq Kupruk, 70 km al sur de la estratégica ciudad de Mazar-i-Sharif (norte). La oposición admitió que parte de ese distrito, tomado la víspera por la Alianza del Norte, fue recuperado por los talibanes.
Los talibanes anunciaron la muerte a raíz de un mareo de un ciudadano estadounidense en Kandahar (sur), detenido el pasado 26 de octubre y considerado un espía por la milicia islamista. La embajada de Estados Unidos en Islamabad pidió más informaciones sobre este asunto.
En la capital paquistaní, donde se entrevistó brevemente con el presidente Pervez Musharraf, Rumsfeld aseguró que Estados Unidos planeaba seguir atacando los talibanes durante el Ramadán, que empieza a mediados de noviembre, debido a la persistente amenaza terrorista.
El responsable estadounidense aseguró que Washington era "sensible" a los argumentos de Islamabad y de otros países musulmanes sobre el Ramadán, pero agregó que "la realidad es que la amenaza de más atentados terroristas todavía existe. Son creíbles, son verdaderas, con la perspectiva de que mueran miles de personas suplementarias".
"Nuestro deber es obviamente ser sensibles a los puntos de vista de la región, pero también considerar que nos enfrentamos agresivamente a una red terrorista que existe", dijo.
Antes de la llegada de Rumsfeld, Musharraf había advertido de las "grandes repercusiones negativas" que tendría en el mundo musulmán la continuación de los bombardeos durante ese mes de ayuno.
Rumsfeld ofreció una rueda de prensa conjunta con el ministro paquistaní de Relaciones Exteriores, Abdul Sattar, quien precisó que Pakistán expresó en las conversaciones su deseo de que la guerra concluya rápidamente.
El secretario de Defensa también aseguró que no había "un verdadero gobierno en Afganistán", ya que "los talibanes no funcionaban como un gobierno".
Talibán informa de avances en Mazar-I-Sharif
Funcionarios del Talibán informaron de importantes avances en el terreno al sur de la estratégica ciudad de Mazar-i-Sharif, norte afgano y aledaña a la frontera con Uzbekistán, pero no fue posible obtener confirmación propia desde una zona en donde los combates han sido intensos desde el comienzo, el 7 de octubre, de la Operación Libertad Perdurable.
La Alianza del Norte ha estado batallando por avanzar en Mazar-i-Sharif, aunque al parecer el caudillo uzbeko, general Abdul Rashid Dostum, ha logrado pocos progresos durante las últimas seis semanas en sus intentos de recapturarla.
Un portavoz de oposición dijo el sábado que 700 combatientes del Talibán habían desertado del movimiento integrista y se habían unido a la Alianza del Norte.
Pero no fue posible verificar ese informe y el Talibán ha negado que haya deserciones en sus fuerzas.
El jefe de la Liga Arabe desestimó el domingo un llamamiento de Osama bin Laden a los musulmanes para que se incorporen a una guerra santa contra Occidente, diciendo que el exiliado de origen saudita no habla a nombre de los árabes y musulmanes del mundo.
Egipto, el país árabe más poblado del mundo, también desestimó el llamamiento y dijo que el mundo está unido en la guerra contra el terrorismo.
"Hay una guerra entre Bin Laden y el mundo entero", dijo a periodistas el ministro egipcio Ahmad Maher, antes de una reunión de cancilleres de los 22 países miembros de la Liga Arabe en Siria, ante consultas sobre el llamado de Bin Laden.
El secretario de la Liga Arabe, Amr Moussa, quien fue también canciller de Egipto antes de asumir el liderazgo del grupo este año, se hizo eco de los comentarios de Maher, diciendo: "Bin Laden no habla a nombre de los árabes y musulmanes".
Siria fustiga a Estados Unidos
Pero el ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Farouq al-Shara, en su mensaje a la sesión inaugural de la reunión de ministros, fustigó a Estados Unidos por su "ilimitado" respaldo a Israel.
Con semblante pálido y volviéndose emotivo al final de una declaración televisada, Bin Laden, desafiante en uniforme militar y con una carabina de asalto AK-47 a su lado, instó a los 1.200 millones de musulmanes del mundo a unirse a su guerra religiosa contra los "infieles" cristianos y judíos.
"Los líderes de la región están rechazando a sus hermanos y rehusándose a respaldarlos", dijo el exiliado de origen saudita en su declaración retransmitida por el canal de televisión vía satélite al-Jazeera, de Qatar, el sábado. "Esta guerra es, primordialmente, una guerra religiosa".
La portavoz de la Casa Blanca, Anne Womack, desestimó la declaración como una medida de desesperación, diciendo: "Esto es más propaganda y demuestra cuán aislado está Bin Laden del resto del mundo".
Bush, que profesa el cristianismo, se ha esforzado por mantener el respaldo de los musulmanes moderados al asegurarles que Estados Unidos sólo está persiguiendo a Bin Laden y que la campaña no representa, en modo alguno, una guerra contra Islam.
Las declaraciones de Bin Laden fueron matizadas por sus citas de numerosos versos del Corán y de las máximas del profeta Mahoma y el exiliado de origen saudita amplió su ataque para incluir a Naciones Unidas.
"Naciones Unidas es una herramienta criminal ... ¿acaso no son cualquiera de nuestras tragedias obra de Naciones Unidas?", dijo.
"Quienes proclaman ser líderes árabes y siguen todavía con Naciones Unidas son infieles ante los ojos del mensaje de Mahoma (que las bienaventuranzas y la paz de Dios le acompañen)", agregó.
Líderes asiáticos comenzaron a llegar el domingo para asistir a una cumbre en el sultanato islámico de Brunei. El tema primordial de las deliberaciones de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) es una declaración de respaldo a la guerra estadounidense contra el terrorismo y un compromiso de coordinar los propios esfuerzos antiterroristas de ASEAN.
El presidente pakistaní, general Pervez Musharraf, está equilibrándose sobre una cuerda floja por respaldar a Washington, pero ha subrayado que deben alcanzarse los objetivos militares propuestos.
El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, quien el domingo iniciará una visita a Pakistán, dijo antes, en Uzbekistán, que la operación en Afganistán estaba mostrando "avances mesurables".
En una rueda de prensa posterior a su reunión con el presidente uzbeko, Islam Karimov, para discutir el apoyo de Uzbekistán a la campaña, Rumsfeld dijo: "El esfuerzo para lidiar con las redes terroristas está progresando en un ritmo que muestra avances mesurables".