ISLAMABAD.- Las fuerzas estadounidenses volvieron a bombardear hoy lunes Kabul y las cercanías de la sureña ciudad de Kandahar, después de unos días de relativa calma en las dos plazas fuertes de los talibán.
Varios helicópteros armados con cañones atacaron las posiciones militares de los talibán en el extrarradio de la capital afgana, al mismo tiempo que las tropas del régimen integrista dispararon ráfagas de proyectiles con las baterías antiaéreas que tienen situadas en las colinas que rodean Kabul.
Los ataques de los helicópteros se centraron sobre la base de Reshkhor, al sur de Kabul, y también en un barrio de la zona norte, causando tres muertos y seis heridos, según los talibán.
También los aviones de EEUU, que comenzaron a sobrevolar la capital antes del alba, y según dijeron algunos residentes, arrojaron bombas en torno a la urbe, aparentemente sobre instalaciones militares.
La víspera, y según informaciones facilitadas desde Kabul al diario paquistaní en lengua urdu, "Jang", al menos treinta combatientes del régimen integrista murieron durante los bombardeos efectuados por los aviones B-52 sobre las líneas defensivas de los talibán al norte de la capital.
Los bombardeos fueron de nuevo intensos en el frente de combate situado a unos 50 kilómetros al noroeste de Kakul, y en el cercano a la estratégica ciudad de Mazar i Sharif, bajo el control de los talibán.
La agencia de información Bakthar, órgano de propaganda del régimen, informó de que diez civiles murieron y que otros quince resultaron heridos hoy lunes, al impactar una bomba sobre varias casas de la localidad de Keshendeh, situada a unos 80 kilómetros al sur de Mazar i Sharif.
El régimen talibán clama que entre 1.500 y 1.600 civiles han muerto a causa de los bombardeos que desde el pasado 7 de octubre llevan a cabo las fuerzas de la coalición internacional que encabeza Estados Unidos con el propósito de acabar con el epicentro del terrorismo.
Washington, por su parte, insiste en que sus objetivos son militares, y que los talibán exageran la cifra de víctimas mortales como parte de su estrategia de propaganda.
En la ciudad de Herat, al oeste de Afganistán y capital de la provincia de mismo nombre, los aviones norteamericanos bombardearon la base militar del undécimo regimiento de las fuerzas talibán y otras instalaciones ubicadas cerca del aeropuerto.
Dos civiles murieron durante los ataques a la ciudad de Herat, indico un portavoz de los talibán
La aviación norteamericana atacó también a eso de las 10:30 (06:00 GMT) supuestas posiciones militares de los talibán al oeste y al suroeste de Kandahar, ciudad en la que hasta el inicio de los bombardeos residían los más destacados miembros del régimen.
Algunos de los ataques en torno a Kandahar, que causaron cuatro heridos, se registraron muy cerca del aeropuerto de esta ciudad, bombardeado ya en ocasiones anteriores y reducido ya a escombros.
El secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumfeld, reiteró la víspera en Islamabad al presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, que los ataques en suelo afgano continuarán durante el "Ramadán", el mes de ayuno musulmán que este año comienza el 17 de noviembre.
Los bombarderos B-52, sometieron el domingo las posiciones de los talibán en el frente del noreste, cerca de la frontera con Tayikistán, a un intenso bombardeo en cadena para tratar de abrir una brecha a las tropas del Frente Unido, que se preparan de nuevo para otra gran ofensiva, apoyadas esta vez por artillería pesada aportada por Rusia.
El régimen talibán, que según dijo Rumsfel ha dejado de funcionar como un gobierno, controla aproximadamente el 90 por ciento del territorio de Afganistán.
