BERLIN.- La aportación alemana de 3.900 soldados a la guerra contra el terrorismo, aprobada hoy por el Consejo de Ministros y que se debatirá después en el Parlamento, representa una nueva prueba para la coalición del Gobierno de Berlín debido a la resistencia de los sectores pacifistas de Los Verdes.
"Para nosotros se trata de una decisión muy difícil", ha afirmado el presidente del grupo parlamentario verde, Rezzo Schlauch, que pertenece al ala moderada de la agrupación, que es consciente de que la participación militar en Afganistán no será fácil de vender a aquellos militantes que proceden del movimiento pacifista.
El presidente del partido, Fritz Kuhn había anticipado que en el Consejo de Ministros no habría problemas, y que los tres representantes de Los Verdes, Joschka Fischer (Exteriores), Renate Kúnast (Agricultura) y Júrgen Trittin (Medio Ambiente), aprobarían la medida, tal y como finalmente han hecho.
Sin embargo, en el grupo parlamentario la cosa no resulta tan clara y ya dos diputados, Hans-Christian Stroebele y Winfried Hermann, han anunciado su intención de votar en contra cuando el Parlamento sea consultado la semana que viene.
"No veo posibilidades de apoyar una participación en una guerra en la que cada día mueren civiles", señaló Stroebele.
La presidente de Los Verdes en el estado federado de Renania del Norte y Westfalia, Britta Hasselmann, ha asegurado también que no se puede imaginar que su partido apruebe el envío de soldados, debido a las críticas que hay dentro de la agrupación a la guerra de Afganistán.
Otros dirigentes regionales son de la misma opinión de Hasselmann, y muchos temen que un apoyo de Los Verdes a la aportación militar alemana a la lucha antiterrorista aumente el distanciamiento entre las bases del partido y sus dirigentes.
Las Juventudes Verdes han aprobado incluso una resolución en la que se rechaza la decisión del Consejo de Ministros, aunque ello pueda poner en peligro la coalición.
Pese a las reservas verdes, la mayoría parlamentaria está asegurada gracias a que los dos principales partidos de la oposición, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Liberal (FDP), apoyan al Gobierno en lo relativo a la crisis de Afganistán.
Sin embargo, para el canciller Gerhard Schroeder sería un revés significativo no tener una "mayoría propia" en el Parlamento para una decisión de esta envergadura.
Un revés así daría la razón al líder del grupo parlamentario de la CDU, Friedrich Merz, que sostiene que, en cuanto al cumplimiento de los compromisos internacionales de Alemania, el canciller puede confiar más en el sentido de responsabilidad de la oposición que en la lealtad de su propia coalición de Gobierno.
Alemania aportará 3.900 soldados a la lucha antiterrorista en respuesta a una solicitud formulada por Estados Unidos.
EE.UU. había pedido a Alemania el apoyo logístico y sanitario en la guerra de Afganistán, así como el de fuerzas especiales del Ejército alemán, aunque no la participación directa en los ataques aéreos, ni el envío de tropas de tierra.
De momento, se trata de una solicitud de poner a disposición esas fuerzas y no de enviarlas a Afganistán para una misión concreta.
Concretamente, EE.UU. ha pedido tecnología para la detección de armas atómicas, biológicas y químicas, lo que implicaría el envío de 800 soldados, unidades sanitarias con 350 hombres de fuerzas especiales y unidades de transporte y de la marina para garantizar la seguridad de los puertos con el personal necesario.
La solicitud de tecnología para detectar armas atómicas, biológicas y químicas, a la que pertenecen los tanques tipo "Fuchs", ha causado cierta sorpresa, puesto que hasta ahora no se había planteado que éstas pudieran representar un peligro en Afganistán.
Schroeder ha señalado que se trata de una decisión histórica, ya que es la primera vez que la República Federal de Alemania participa en operaciones militares fuera de Europa.