KABUL.- El régimen teocrático Talibán mostró el miércoles restos calcinados de ruedas y fuselaje que según dijo pertenecen a un helicóptero norteamericano que afirman haber abatido sus milicianos. El Pentágono negó haber perdido aeronave alguna por fuego enemigo.
"¡Muera la América Terrorista!", proclamó un cartel escrito en inglés y pashtun. El cartel estaba colgado de los restos mostrados.
El Talibán dijo que los restos pertenecen a un helicóptero militar norteamericano abatido la semana pasada. Washington insiste que no perdió aeronave alguna debido al fuego enemigo en casi cinco semanas de bombardeos.
El Pentágono indicó que hubo tres accidentes de helicópteros durante la campaña, dos de ellos por mal clima. El tercero fue un aterrizaje forzoso durante un ataque realizado el mes pasado por las fuerzas especiales en el sur de Afganistán.
Estados Unidos admitió el aterrizaje forzoso después que el Talibán mostró su tren de aterrizaje en el canal de televisión al-Jazeera.
Los restos mostrados frente a una comisaría de Kabul es una distracción para los residentes del barrio, a quienes la curia talibán prohíbe, al igual que al resto del país, las películas, televisión, música y casi todas las formas de entretenimiento.
El presidente norteamericano George W. Bush ordenó los bombardeos después que el Talibán se negara a entregar a Osama bin Laden y su red terrorista al-Qaeda, sospechosos de planear los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos, que mataron a más de 4.500 personas.
La comisaría policial de Kabul donde fueron exhibidos los restos tiene ya una lúgubre fama. En 1996 fue ejecutado en ella el ex presidente comunista afgano Najibula, ahorcado por el Talibán poco después de capturar la ciudad.
Najibula pasó cuatro años refugiado en la sede de las Naciones Unidas durante la guerra civil que siguió a la partida de las tropas soviéticas que invadieron el país.
Cuando el Talibán capturó Kabul, apresó a Najibula y su hermano, los torturaron y los ahorcaron. Sus cadáveres ensangrentados fueron dejados por dos días colgados de un poste hasta que fueron descolgados y entregados a los familiares.