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Buscan siete barras de uranio que la Mafia italiana quiso vender en 1998

La búsqueda se ha acelerado tras la alarma lanzada esta misma semana por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de que la organización de Bin Laden Al Qaeda está tratando de comprar material nuclear.

08 de Noviembre de 2001 | 07:21 | EFE
ROMA.- La Policía y los servicios secretos italianos buscan siete barras de uranio enriquecido desaparecidas en 1998 tras caer en manos de grupos mafiosos, ante la eventualidad de que puedan acabar en poder de elementos terroristas vinculados con el disidente saudí Osama Bin Laden.

Según publica hoy el rotativo romano La Repubblica, los siete cilindros de uranio enriquecido 235 y 238, con los que se puede fabricar la denominada "bomba atómica de los pobres", forman parte de un grupo de 23 que vendió en 1971 la sociedad norteamericana General Atomics al Zaire (hoy República Democrática del Congo) del fallecido presidente Mobutu.

La búsqueda se ha acelerado tras la alarma lanzada esta misma semana por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de que la organización de Bin Laden Al Qaeda está tratando de comprar material nuclear.

Ocho de aquellas barras de uranio, destinadas a un central eléctrica de Kinshasa alimentada por un reactor atómico, desaparecieron con toda probabilidad durante la guerra civil del Congo en 1997 y fueron a parar a las manos de grupos mafiosos italianos.

En la primavera de 1998, once personas pertenecientes a diversas organizaciones criminales intentaron vender ese material por unos diez millones de dólares, pero cayeron en una trampa de la Policía, que, sin embargo, sólo pudo hacerse con uno de los cilindros.

Las once personas que participaron en las transacción, en la que los agentes se hicieron pasar por representantes de un estado árabe, fueron condenadas el pasado 11 de octubre por un tribunal de Catania (Sicilia) a leves penas, ya que el tráfico de material estratégico está considerado en la legislación italiana un delito menor.

El interrogante sobre el paradero de las siete barras restantes sigue siendo una incógnita, según declara a La Repubblica el capitán de la Guardia de Finanzas (policía fiscal) Roberto Ferroni, coordinador de la investigación.
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