LOS ANGELES, EE.UU.- El presidente estadounidense George Bush, habitualmente crítico con la industria cinematográfica, se vuelve ahora hacia Hollywood en busca de un medio para mejorar la imagen de Estados Unidos en el mundo musulmán, iniciativa que algunos temen tenga tintes de propaganda.
Karl Rove, uno de los hombre más próximos a Bush, viajará el domingo a Los Angeles para mantener "una reunión de trabajo privada y confidencial" con directivos de los principales estudios de cine y televisión para debatir la contribución que Hollywood puede hacer al esfuerzo bélico, según la invitación enviada a los participantes.
La iniciativa forma parte del esfuerzo de la administración Bush por luchar contra lo que considera una creciente influencia de la información favorable a los talibanes desde los atentados del pasado 11 de septiembre y una imagen errónea de Estados Unidos en los países musulmanes. Un esfuerzo que el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer definió como "hablar a la gente en todo el mundo sobre la importancia de esta causa".
El hecho de que Bush, habitualmente en malas relaciones con la industria cinematográfica y crítico con la estrecha relación que su predecesor Bill Clinton mantenía con Hollywood, haya designado al influyente Rove para encabezar el encuentro muestra la importancia que la administración confiere a esta iniciativa.
Sin embargo, la reunión del próximo domingo recuerda a algunos en Hollywood la época de la Segunda Guerra Mundial. "Los directivos de los estudios eran llamados a reuniones de emergencia" y existía una oficina de información de guerra que decía a Hollywood el tipo de películas que podía hacer, según Leo Braudy, profesor de historia del cine en la Universidad del Sur de California (USC).
"He dicho a algunas personas en la Casa Blanca 'espero que no vengan a intentar decirnos qué tipo de películas tenemos que hacer"', afirmó el presidente de la Motion Pictures Association of America (MPAA), Jack Valenti, en declaraciones a la cadena de televisión CNN.
"Estamos hablando de qué otros papeles podemos jugar", agregó Valenti, favorable a la iniciativa.
"Podrían ser anuncios de servicios públicos, aliento a nuestros soldados o mensajes en farsi y árabe destinados a Medio Oriente, a esa gente que necesita saber que no somos sus enemigos, que sus enemigos son los terroristas", añadió.
Una idea que Salam Al Marayati, director ejecutivo del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos (MPAC en sus siglas en inglés), un grupo de defensa de los derechos de los musulmanes estadounidenses, considera acertada.
"Las películas estadounidenses gustan en todo el mundo, la gente les presta atención y se proyecta así la imagen de Norteamérica", estimó Al Marayati durante un debate organizado por CNN sobre el papel que Hollywood puede jugar en la guerra contra el terrorismo.
Sin embargo, dado que la producción de una película lleva entre dos y tres años, la industria televisiva puede dar una respuesta mucho más inmediata al llamiento de la Casa Blanca, señaló Bryce Zabel, presidente de la Academia de Artes y Ciencias Televisivas.
"Casi todas las series de televisión que han querido responder a los atentados del 11 de septiembre tienen proyectos encargado, o filmados o editados o a punto de salir en antena", afirmó.
Pero muchos se resisten a la idea de que el gobierno intervenga en el mensaje de los medios de comunicación.
"Lo peor que podría ocurrir ahora es que todo el mundo en Hollywood se sientiese obligado a hacer algo al respecto", consideró el director de cine Sydney Pollack, citado recientemente por el diario Los Angeles Times.
Mientras tanto, Hollywood se mantiene pendiente de los resultados de la reunión del domingo, entre cuyos asistentes se espera al presidente de Viacom Inc. Sumner Redstone y al patrón de News Corp. Rupert Murdoch.