BERLIN.- La aportación militar alemana a la guerra antiterrorista no puede estar supeditada a los sondeos de opinión, afirma el canciller, Gerhard Schroeder, en una entrevista que publicará el lunes la revista "Focus".
"Lo que vamos a hacer es lo correcto. Se trata de algo que no se puede subordinar a las encuestas de opinión semanales", dice Schroeder en la entrevista.
Los sondeos de opinión muestran que cerca de la mitad de los alemanes, pese a declararse solidarios con Estados Unidos, están en contra de una participación militar alemana en la guerra de Afganistán.
Schroeder dice asimismo que espera poder encontrar una mayoría dentro de la propia coalición de gobierno para el apoyo militar, pero agrega que lo más importante es la aprobación parlamentaria, para lo que el Gobierno cuenta con los dos principales partidos de oposición, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Liberal (FDP).
"Espero tener una mayoría propia, pero eso es algo que en este caso no puede garantizar nadie", señala Schroeder.
Dentro de los dos partidos de la coalición de gobierno, el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, hay resistencia por parte de varios diputados a aprobar el aporte militar alemán por lo que tanto Schroeder como su ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, vienen haciendo esfuerzos para persuadir a sus correligionarios.
El canciller considera que la aprobación de la aportación militar es la consecuencia lógica de una resolución del 19 de septiembre en la que el Parlamento ofreció su solidaridad a Estados Unidos y por la que casi todos los diputados votaron favorablemente.
El canciller considera que negar esa colaboración militar le acarrearía a Alemania el peligro de un "aislamiento total en la próxima década en lo político y lo económico".
"Antes Alemania era un gigante económico y un enano político. Pero eso ha cambiado y nuestros aliados ya no aceptan que nos limitemos a girar cheques", dice Schroeder.
Alemania, según Schroeder, también estaría dispuesta a asumir una mayor responsabilidad en las Naciones Unidas y, si los aliados lo pidieran, a ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
"Si los aliados dicen que debemos asumir esa responsabilidad no nos negaremos. Pero no estaremos llamando permanentemente a la puerta en Nueva York", agrega el canciller.