NUEVA YORK.— Las autoridades encontraron el martes la caja grabadora de datos del vuelo 587 de American Airlines, que se estrelló la víspera en el barrio neoyorquino de Queens, lo cual podría ayudar a encontrar la causa del siniestro
en el que murieron más de 260 personas.
La grabadora de la segunda caja negra fue ubicada cerca de un gran trozo del fuselaje, en la zona donde cuatro casas fueron destruidas por la aeronave. El aparato registra la velocidad y comportamiento del motor y los instrumentos del avión.
La otra caja, la grabadora de voz, fue hallada el lunes poco después del suceso en la sección Rockaway en Queens.
Las autoridades dijeron que el grabador de voz no mostró indicios de que hubiera problema alguno con el vuelo, que se estrelló menos de tres minutos después de despegar del aeropuerto Kennedy de Nueva York rumbo a República Dominicana.
"Las comunicaciones desde la cabina eran normales hasta los últimos segundos antes de la caída", dijo Marion Blakey, titular de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte. No dio detalles.
Sin embargo, las autoridades hasta ahora se han negado a descartar la posibilidad de que se haya tratado de sabotaje.
"No vamos a excluir esa posibilidad hasta que la investigación avance más", dijo el martes George Black, miembro de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, a la cadena televisiva NBC.
Una fuente cercana a las investigaciones dijo que las autoridades investigan también si los dos motores del avión fallaron tras succionar aves. El Aeropuerto Kennedy ha tenido problemas con pájaros en la pista.
Todas las 260 personas a bordo del Airbus A300 de fabricación europea murieron, dijo la aerolínea. El alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani dijo el martes que estaban desaparecidas cinco personas más que se encontraban en tierra en el momento de la tragedia.
Guliani informó que han sido recuperados 262 cuerpos, junto con 180 fragmentos de cadáveres. Con ayuda de lámparas, la búsqueda continuó durante la noche, mientras los familiares de las víctimas se reunían con la esperanza de recuperar los restos de sus seres queridos.
"Todavía no sé si ellos la encontraron", dijo Guillermina Roy, de 18 años, cuya madre figura en la lista de desaparecidos por el desastre.