KABUL, Afganistán.- La Alianza del Norte consolida el miércoles su dominio en Kabul, tomando puestos y ministerios de importancia a pesar de su promesa de apoyar la creación de un gobierno amplio. Mientras tanto, forzados a retirarse hacia el sur, los talibanes luchaban para evitar la desintegración de su movimiento.
Los dirigentes de la etnia pashtun en porciones importantes del sur supuestamente estarían enfrentándose abiertamente a la milicia islámica talibana.
En la capital, se reanudaron las transmisiones de radio, prometiéndose que pronto se hará lo mismo con las de televisión. Funcionarios de la Alianza regresaron a las oficinas que abandonaron en 1996, cuando el Talibán los sacó del poder.
Las autoridades presentaron la toma de ministerios de importancia, como el de Defensa e Interior, como algo temporal y dijeron que apoyan la formación de un gobierno amplio en un proceso supervisado por las Naciones Unidas, el cual incluiría a todos los grupos étnicos del país.
En el sur y el este del país, la situación fue caótica, mientras los dirigentes tribales pashtun parecían enfrentar a los talibanes en los territorios de ese grupo étnico.
Los seguidores del gobernante local Yunus Khalis tomaron el control de la estación fronteriza afgana en Torkham, un importante punto de ingreso al vecino Pakistán.
Fuentes afganas en Pakistán, que pidieron no ser identificadas, dieron que el aeropuerto en el bastión talibán sureño estaba bajo el control de Arif Khan, caudillo de una tribu pashtun del sur.
Un funcionario talibán cerca de la frontera paquistaní en Chaman, identificado como el mulá Najibullah, dijo que soldados talibanes disparaban el miércoles sobre el aeropuerto desde las colinas cercanas.
La agencia noticiosa Afghan Islamic Press, con sede en Afganistán, informó que dirigentes tribales tomaron el miércoles el poblado de Gardez, en la provincia de Paktia, 100 kilómetros al sur de Kabul.
En Kabul, los pobladores despertaron aliviados el miércoles, luego de una noche libre de bombardeos estadounidenses. Patrullas de la Alianza recorrían las calles.
Los talibanes abandonaron Kabul y avanzaron hacia el sur antes del amanecer del martes, luego de que la Alianza, apoyada por los bombardeos intensivos de Estados Unidos, se abrió paso a la ciudad.
Simpatizantes del Talibán dicen que su estrategia de retirarse de las zonas urbanas tiene como fin permitirle realizar una guerra de guerrillas desde las montañas y cavernas de Kandahar.
Los aviones estadounidenses mantuvieron la presión sobre los talibanes con ataques en las afueras de la capital. El aeropuerto y las instalaciones militares en los alrededores de Jalalabad fueron bombardeadas al menos seis ocasiones en la mañana, informó Afghan Islamic Press.
Bloqueo de carreteras
Mientras, según la agencia France Presse, fuerzas especiales estadounidenses se desplegaron en puntos de control de las principales carreteras que conducen del norte al sur de Afganistán para "detener a las personas que deben ser detenidas", indicó el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld.
"Hemos introducido algunos equipos en el sur. Están bloqueando las principales rutas que conectan el norte y el sur (...) para detener a las personas que deben ser detenidas", dijo Rumsfeld, tras visitar las ruinas del World Trade Center, que se derrumbaron tras los atentados del 11 de septiembre.