NACIONES UNIDAS.- El Consejo de Seguridad de la ONU ha diseñado las grandes líneas del que ha de ser el Gobierno afgano, al tiempo que ha hecho un llamado a los Estados para que ayuden en la protección de las ciudades que no están bajo control de los talibanes, en especial Kabul.
Ese diseño y petición de ayuda para garantizar la seguridad se hallan recogidos en una resolución que fue aprobada anoche por unanimidad de los quince miembros que integran el máximo órgano de decisión de la ONU.
El Consejo deja bien claro desde el primer momento que adopta la decisión "en apoyo de los esfuerzos internacionales para eliminar el terrorismo".
De acuerdo con la voluntad del Consejo, el nuevo Gobierno de Kabul tendrá que cumplir "todas las obligaciones internacionales de Afganistán, incluidos los esfuerzos para combatir el terrorismo y el tráfico ilícito de drogas dentro del país asiático".
También tendrá que comprometerse "a la paz con los vecinos" y "deberá respetar los derechos humanos de todo el pueblo, sin importar el sexo, la etnia o la religión".
En una intervención ante la Asamblea General, el jefe de la delegación afgana ante la ONU, Ravan Farhadi, que representa al presidente en el exilio Burhanuddin Rabbani, destituido por los talibanes en 1996, pero aún reconocido por Naciones Unidas, prometió hacer buena letra.
"No necesito recordarles hoy que la estabilidad en Afganistán significa un Pakistán estable y una estable Asia Central", garantizó Farhadi, quien anunció que Afganistán respetará todos los acuerdos establecidos por la comunidad internacional y su deseo de establecer amplias relaciones con los países de la región.
Apoyo a plan político de la ONU
Para el embajador de Estados Unidos, John Negroponte, lo más importante es que "se ha dado un apoyo completo al plan político" propuesto por el representante especial de la ONU para Afganistán, Lajdar Brahimi.
El nuevo Gobierno tiene que ser, según la resolución, basado en "una amplia coalición, que sea multiétnica y completamente representativa de todo el pueblo afgano".
Para ayudar al pueblo de Afganistán a establecer urgentemente tal administración transitoria, "las Naciones Unidas deben representar un papel central", agrega el documento.
Tras conocer la resolución, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, garantizó que un primer grupo de funcionarios de las Naciones Unidas, incluido el español Francesc Vendrell, regresará a Afganistán el próximo viernes para reanudar sus labores.
Todos los funcionarios de la ONU abandonaron Afganistán semanas antes de que Estados Unidos iniciara su campaña de bombardeos sobre aquel país, que lleva ya en marcha cinco semanas.
Otra cuestión que preocupa al Consejo es la seguridad de Kabul y las áreas que ya no están bajo control de los talibanes, por lo que "anima" a los Estados a apoyar los esfuerzos para garantizar aquella.
Sobre todo, les insta a "proteger a los civiles, a las autoridades transitorias, las Naciones Unidas y el personal asociado a ésta y a los trabajadores de las organizaciones humanitarias".
El Consejo afirma que también actúa "profundamente preocupado por la situación humanitaria y la continuación de las graves violaciones de los derechos humanos y de la ley humanitaria internacional".
Sin embargo, el Consejo de Seguridad se limita a "llamar" a las fuerzas afganas a que se abstengan de actos de represalia sin indicar cuáles serán las consecuencias en caso de incumplimiento, como ha hecho en otras ocasiones.
No obstante, "llama" a los Estados miembros de la organización a que den "asistencia humanitaria para aliviar el sufrimiento del pueblo afgano y de los refugiados".
En ese sentido, Farhadi pidió a los países que se comprometan en la reconstrucción de Afganistán tanto como lo han hecho en la lucha contra el terrorismo.
Por ello, el Consejo insta a los Estados a que entreguen "una ayuda a largo plazo para la reconstrucción económica y social y para rehabilitar Afganistán".