WASHINGTON.— En una medida destinada a mejorar la seguridad de los viajeros, el Congreso envió el viernes al presidente George W. Bush una amplia legislación de seguridad aérea que establece nueva fuerza federal para controlar el acceso del público a los aviones.
La medida también dispone que se refuercen las puertas que conducen a la cabina de mando de los aviones para impedir secuestros.
En respuesta directa a los ataques del 11 de septiembre, la legislación dispone que se nombren empleados federales a los 28.000 agentes encargados de registrar a los viajeros en los aeropuertos.
La ley dispone que al cabo de cierto tiempo todas las valijas sean inspeccionadas, incluso las facturadas, y colocará un número de agentes de seguridad en los puntos de registro.
En los aviones, la medida dispone que las puertas de las cabinas sean reforzadas y cerradas con llaves, y que se asignen agentes de seguridad a los vuelos.
El representante republicano John Mica dijo que la ley es "la medida de seguridad aérea y en el transporte más significativa que ha aprobado el Congreso en su historia".
El presidente Bush dijo que colocar al gobierno federal a cargo de la seguridad de los vuelos sería una medida beneficiosa para el transporte aéreo, y que tenía interés en firmar el proyecto de ley.
"Esto no es sólo una medida de seguridad, sino ante todo una ley para el estímulo de las aerolíneas", dijo el presidente de la Comisión de Comercio del Senado, el legislador demócrata Ernest Hollings.
La Cámara aprobó la medida el viernes por margen de 410 votos a favor y 9 en contra. El Senado había aprobado la legislación inicialmente el 11 de octubre por 100 votos a favor y ninguno en contra.