KABUL, Afganistán.- Aviones estadounidenses atacaron posiciones del régimen talibán este domingo en las afueras de Kunduz, el último baluarte de la milicia islámica en el norte del Afganistán.
Mientras tanto, tropas de la Alianza del Norte también asedian la ciudad. Se cree que entre los defensores talibán se encuentran miles de combatientes extranjeros leales a Osama bin Laden, probablemente más dispuestos a luchar hasta la muerte que sus camaradas de armas del régimen fundamentalista.
En otras ciudades afganas, los milicianos talibán optaron por la retirada antes que enfrentar el avance de la opositora Alianza del Norte.
Según un informe no confirmado, aviones norteamericanos también bombardearon una base militar cerca de la frontera con Pakistán en la provincia oriental de Nangarhar, donde las fuerzas antitalibán controlan Jalalabad, la ciudad principal.
La agencia "Afghan Islamic Press" (AIP), con sede en Pakistán, dijo que el ataque mató a por lo menos 30 personas en tierra.
Mientras continuaba el sitio de Kunduz, el reclamo del ex presidente afgano de recuperar su puesto causa preocupación en círculos diplomáticos.
Burhanuddin Rabbani, afiliado a la Alianza del Norte, volvió el sábado después de cinco años en el exilio. Rabbani jamás ha dejado de reclamar la presidencia, aunque ha reconocido las exhortaciones internacionales a formar un gobierno de base amplia que incluya todos los grupos étnicos afganos.
El sábado, el secretario general de la ONU Kofi Annan reiteró la importancia de crear un gobierno aceptado por todos los grupos políticos y étnicos.
"Si no lo hacen y si un grupo trata de controlar el poder y volverse dominante, habrá problemas más adelante", dijo Annan en Ottawa tras una reunión con el Primer Ministro canadiense Jean Chretien. "Espero que el señor Rabbani sea consciente de esto, ya que conoce profundamente la historia de su propio país".
Un funcionario de la Casa Blanca, que habló con la condición de que no se lo identifique, dijo que Estados Unidos ha presionado a la Alianza del Norte a que comparta el poder con otras facciones y permita que la ONU supervise la creación de un gobierno nuevo y dijo que funcionarios norteamericanos en la región mantienen contacto directo con la alianza.