BOGOTA.- El Presidente de Colombia, Andrés Pastrana, ignoró este miércoles un ultimátum de la principal guerrilla izquierdista del país y anunció que está dispuesto a recibir un enclave que les cedió para la negociación de paz si los rebeldes deciden devolverlo.
Las declaraciones del Presidente, quien ha hecho de la paz su principal gestión de gobierno, se producen dos semanas después de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) presentaron una serie de exigencias para mantener las negociaciones de paz, paralizadas desde septiembre.
La entrega del enclave de 42.000 kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de El Salvador, supondría el fin de las negociaciones que se iniciaron en enero de 1999 y que hasta el momento no ha dado ningún resultado concreto.
"Pues, si ellos llaman a devolver la zona tenemos que aceptarles la zona porque si no la quieren, qué hacemos (...) Esa no es una decisión del gobierno, es una decisión que corresponde a las FARC", dijo Pastrana este miércoles a periodistas.
Analistas temen que la eventual ruptura de las negociaciones provoque una intensificación de la guerra interna que azota esta nación andina desde hace 37 años y que cobró la vida de 40.000 personas, la mayoría civiles, en el último decenio.
El máximo líder de las FARC, Manuel Marulanda, alias "Tirofijo", quien amenazó con devolver la zona cedida para el diálogo, advirtió en su más reciente carta que el gobierno tenía dos semanas para responder a sus demandas y el plazo vence este miércoles.
Gobierno mantendrá vigilancia en territorio cedido a la guerrilla
Las FARC pidieron al Gobierno suspender los sobrevuelos y las operaciones militares en los alrededores del enclave rebelde, una amplia zona de sabanas y selvas que controlan desde hace tres años.
Las fuerzas militares acusan a la guerrilla de usar esa región para esconder a personas secuestradas, entrenar a sus combatientes, preparar ataques y traficar con drogas y armas.
Pastrana aseguró que mantendrá las operaciones de control e insistió, contrario a la posición de los rebeldes, que existen condiciones en la zona para continuar con las negociaciones.
La guerrilla, que cuenta con 17.000 combatientes, también pidió al Gobierno aclarar si considera a los rebeldes como terroristas y narcotraficantes.
Las FARC, el más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los paramilitares de ultraderecha, están incluidos en la lista de grupos terroristas de Estados Unidos.
Las FARC se negaron el fin de semana a recibir en el enclave rebelde al delegado de las Naciones Unidas, Jan Egeland, con la excusa de que el gobierno restringió el ingreso de extranjeros a la zona. Sin embargo, la cita se cumplirá este jueves, hecho que Pastrana recibió con agrado.
El encuentro podría facilitar la reactivación del proceso y un acercamiento entre el gobierno y la guerrilla, según observadores.
Pastrana, de 47 años y quien en agosto culmina su mandato de cuatro años, declaró que impedir la participación de la comunidad internacional en el proceso por parte de la guerrilla sería un "error político".
Por otra parte, el ejército reportó la muerte de 16 guerrilleros, la mayoría de las FARC, en combates en diferentes regiones del país. Pese a las gestiones de paz, ese grupo guerrillero no ha suspendido sus hostilidades ni los ataques.