JERUSALEN.- La muerte de cinco niños palestinos por la explosión de un viejo proyectil israelí en el campo de refugiados de Jan Iunes quebró la relativa calma que reinaba en Gaza y Cisjordania, en vísperas de la llegada de dos emisarios de Estados Unidos para relanzar el proceso de paz.
Los representantes del Gobierno estadounidense, el diplomático William Burns y el general retirado Anthony Zinni, tienen previsto llegar el próximo lunes para impulsar el interrumpido proceso de paz entre los dos pueblos, que debe comenzar por un alto el fuego.
Los niños, de entre seis y trece años de edad, todos de la misma familia, residente en ese campo de refugiados de Gaza, perdieron la vida cuando jugaban en la calle mientras se dirigían hacia la escuela.
Según el coronel palestino Jaled Abu El Aila, oficial de enlace con las fuerzas militares israelíes que protegen asentamientos judíos junto a Jan Iunes, la explosión fue causada por el proyectil de uno de sus tanques, que fue "disparado sin ningún motivo", pero portavoces del Ejército israelí lo desmintieron y calificaron esa afirmación de "villanía".
Fuentes palestinas del lugar donde se registró el siniestro señalaron que una de las víctimas encontró un viejo proyectil y otro de los niños lo dio una patada, lo que causó la explosión.
Las negociaciones de paz se hallan estancadas desde enero de este año. En los enfrentamientos desde que hace casi catorce meses se desencadenó el alzamiento palestino o "intifada" en los territorios de Cisjordania y Gaza han perdido la vida alrededor de 700 palestinos, gran parte de ellos niños, y unos 200 israelíes.
La misión del general Zinni se concentrará, hasta concretarlo, en consolidar un alto el fuego entre
palestinos e israelíes, que fue pactado en junio pasado y luego en septiembre pero que no ha sido respetado.
Esta tregua es considerada imprescindible para restablecer los contactos políticos entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Yaser Arafat, y el Gobierno de unidad nacional del primer ministro derechista Ariel Sharón, que exige para ello "siete días de calma absoluta" en Cisjordania y la franja de Gaza, "para ver si el presidente palestino es capaz de impedir la violencia".
Sharón y los jefes de los organismos de seguridad afirman hasta la fecha que "la estrategia de Arafat sigue siendo valerse de la violencia y el terrorismo para obtener beneficios políticos".
Entretanto, y a pesar de una calma relativa desde el pasado lunes, cuando el secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, formuló una serie de propuestas para impulsar la paz entre las dos partes, las fuerzas de Israel siguieron hoy con sus operativos contra instalaciones de la ANP y la detención de presuntos "terroristas".
En el pueblo de El Azaríe, al sureste de Jerusalén, el Ejército y la policía de fronteras clausuraron esta madrugada las oficinas de varios organismos de seguridad, y en el de Bir Zeit detuvieron a seis activistas de la Yihad Islámica, opositores de Arafat.
Según informa hoy el diario independiente "Haaretz", EE.UU. advirtió a Sharón de que el general retirado Zinni -más conocido en el mundo árabe por sus funciones, entre otras, como ex jefe del Comando Central norteamericano para la protección de los pozos de petróleo en el Golfo Pérsico- será "el zar de la seguridad".
Sharón declaró después de las propuestas de paz de Powell, que reflejan las recomendación de la Comisión Mitchell de mayo pasado para "resucitar" el agonizante proceso de paz entre israelíes y palestinos, que se negará a entablar contactos políticos con la ANP hasta que Arafat logre imponer esos "siete días de calma total".
Las propuestas de Powell, basadas en dos premisas -que los palestinos alzados por su independencia en Cisjordania y Gaza deben poner fin a sus operaciones, y que Israel debe cesar la ocupación en esos territorios-, fueron recibidas en general con beneplácito tanto en medios del Gobierno israelí como en la ANP.