ROMA.- El ministro italiano de Trabajo, Roberto Maroni, ha sorprendido a la clase política al afirmar que no habrá más límites de edad para jubilarse y que quien quiera podrá trabajar “hasta los 85 años”, lo que ha sido considerado por la oposición como un disparate teniendo en cuenta el desempleo en el sur.
Maroni, de la Liga Norte, recurrió a esa edad para explicar su proyecto de reforma del sistema de prevención social, que se basa en la total liberalización de la edad para jubilarse.
Según el ministro, ya no habrá una edad fija -65 años para los hombres y 60 para las mujeres- sino que los trabajadores podrán jubilarse antes o después, sin límite alguno, “siempre que haya un acuerdo entre las partes”, es decir entre el empleado y la empresa.
Para favorecer esa libertad, el Gobierno está dispuesto, según dijo Maroni, a renunciar a las contribuciones del trabajador y la empresa para el Instituto de la Prevención Social, que en el caso de los trabajadores por cuenta ajena es del 33 por ciento.
Además de los 65 años para los hombres y 60 para las mujeres, que es el tipo de jubilación más generalizado, en Italia existen otros dos tipos: la de ancianidad, que es cuando se ha cotizado al menos durante 35 años, y las prejubilaciones como consecuencia de reestructuraciones empresariales.
La propuesta de Maroni fue hoy duramente criticada por el opositor partido Refundación Comunista, cuyo líder, Fausto Bertinotti, dijo que el gobierno de Silvio Berlusconi es de verdad el de la “libertad”, jugando con la palabra “libertad”, que es como se llama la coalición en el poder, la Casa de las Libertades.
“Da libertad a los ricos para que puedan seguir enriqueciéndose y a los trabajadores para que trabajen hasta el fin de sus vidas”, dijo Bertinotti, que calificó la propuesta de “sorprendente y tremenda”.
Según Bertinotti, en un país como Italia donde existe una altísima tasa de desempleo en el sur, que afecta sobre todo a los jóvenes, lo que debe el Gobierno es pensar en una reducción de las jornadas de trabajo.