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"Acuerdo de Colombia" reabre el proceso de paz con el ELN

El acuerdo fue firmado en la capital cubana por representantes del ELN y del Gobierno colombiano en presencia de diplomáticos de los "países amigos" del proceso - España, Cuba, Francia, Noruega y Suiza.

25 de Noviembre de 2001 | 07:18 | EFE
BOGOTA.- El "Acuerdo de Colombia", suscrito el sábado en La Habana, permite reanudar el diálogo entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), suspendido en agosto pasado, para lograr la paz con el segundo grupo rebelde del país, aunque el proceso será largo.

El acuerdo fue firmado en la capital cubana por representantes del ELN y del Gobierno colombiano en presencia de diplomáticos de los "países amigos" del proceso - España, Cuba, Francia, Noruega y Suiza.

"Dentro del Grupo de países amigos estamos felices por los resultados y tenemos la esperanza de que este proceso esté bien encaminado. Esperamos que el reinicio sea definitivo, con el establecimiento de los puntos acordados", dijo Enrique Zuleta, delegado del Gobierno de España, tras la firma.

El documento consta de siete puntos: - El reinicio inmediato del proceso de diálogo mediante una agenda de transición, hasta que culmine el mandato del presidente Andrés Pastrana, el 7 de agosto de 2002.

El comienzo del análisis del cese el fuego y de las hostilidades el próximo 12 de diciembre en La Habana, como parte de una serie de rondas de trabajo.

Garantizar el desarrollo de reuniones Gobierno - ELN con los candidatos presidenciales y distintos sectores de la sociedad.

Elaborar un cronograma de trabajo para celebrar foros temáticos en el exterior sobre Derecho Internacional Humanitario y Recursos Energéticos.

La celebración de una "Cumbre por la Paz".

La inclusión de cuestiones referentes a medidas para reducir el conflicto, problemas del sector energético y evaluación de los resultados de esas discusiones dentro de las rondas de trabajo.

El establecimiento de un mecanismo de trabajo para que las iniciativas regionales de paz sean tenidas en cuenta y articuladas dentro del proceso de diálogo entre el Gobierno y el ELN.

El "Acuerdo por Colombia" elimina la posibilidad de crear una zona de encuentro, como se manejó durante el presente año y que originó el aumento de la violencia y un conflicto social en las poblaciones propuestas para tal fin: las de San Pablo y Cantagallo, en el norteño departamento de Bolívar.

También descarta que, como sucede con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla del país, una zona semejante se convierta en fuente de discusiones y rumores de todo tipo, que van desde ser aprovechada para entrenamiento terrorista internacional hasta epicentro del narcotráfico.

En noviembre de 1998, Pastrana cedió a las FARC una área desmilitarizada de 42.139 kilómetros cuadrados en el sur del país para las conversaciones de paz, que se iniciaron dos meses después y que hoy viven su periodo más difícil precisamente por los controles que allí ejerce la fuerza pública desde octubre pasado.

Los objetivos políticos de los aspirantes presidenciales también serán claves para que la reanudación del proceso con el ELN llegue a un final feliz, ya que deberán cumplir con el nuevo acuerdo de La Habana y mantener la colaboración de los cinco "países amigos".

El ELN, con 37 años de lucha armada e inspirado en la revolución cubana, con 5.000 combatientes en 19 de los 32 departamentos de Colombia y más de 800 atentados terroristas perpetrados contra las compañías petroleras extranjeras desde 1986, ha puesto sobre la mesa su deseo de poner fin al conflicto armado.

Así lo demuestran los recientes sucesos que originaron el "Acuerdo por Colombia": las reuniones con los alcaldes de varias poblaciones del departamento de Antioquia (noroeste) para acordar una tregua; las entrevistas en Venezuela con una comisión parlamentaria; y la iniciativa de reanudar un proceso que hasta hace dos semanas parecía sepultado con el Gobierno.

Pastrana suspendió las conversaciones con el ELN el pasado 7 de agosto por "falta de voluntad de paz" de la guerrilla.

El apretón de manos entre el Alto Comisionado gubernamental para la Paz, Camilo Gómez, y los representantes del ELN el sábado en un hotel de La Habana, puede ser no solamente un "formalismo político" sino el comienzo del verdadero proceso de paz entre las partes.
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