JERUSALEN.- Las fuerzas de seguridad israelíes se hallan en estado de alerta máxima en los territorios palestinos y a lo largo de la Línea Verde, tras una ola de ataques contra Israel.
En la semana pasada, calificada por el ministro israelí del Exterior, Shimon Peres, como "la semana más sangrienta", al menos 35 israelíes murieron y otros 400 resultaron heridos en los atentados llevados a cabo por grupos radicales palestinos.
El ejército israelí ha prohibido a los palestinos viajar entre las ciudades y aldeas en Cisjordania, e intensificado el bloqueo en todas las ciudades de Cisjordania. La policía también ha reforzado las operaciones dentro y alrededor de Jerusalén.
Los ataques también fueron un duro golpe a la nueva mediación diplomática lanzada por los enviados estadounidenses para la región, la cual tiene el propósito de llevar a Israel y los palestinos a la mesa de negociación y poner fin al enfrentamiento sangriento que ya dura 14 meses.
El Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, quien se precipitó a terminar antes de lo programado su visita a Estados Unidos y volver a Israel el lunes por la mañana, convocó una reunión de emergencia de su gabinete de seguridad interna para estudiar respuestas posibles a esos ataques.
Ocupar ciudades de la ANP o asesinatos selectivos
El Ejército israelí pueden volver a ocupar las ciudades bajo control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania y proseguirá con los "asesinatos selectivos", según planes operativos a disposición del Poder Ejecutivo.
Ariel Sharón, es quien tiene que dar "la luz verde" a los jefes de las Fuerzas Armadas, cuyos planes podrían aplicarse en reacción a los atentados de los suicidas islámicos de HAMAS que este último fin de semana causaron 25 muertos en las ciudades de Jerusalén y Haifa, informó hoy la radio israelí.
En rigor, las tropas israelíes ya se encuentran ocupando los suburbios de la ciudad cisjordana de Jenin y están acantonadas junto a las demás esperando la orden del Gobierno.
También proponen los jefes militares a las órdenes del general Saúl Mofaz proseguir los ataques contra instalaciones de los organismos de seguridad del Gobierno del presidente Yasser Arafat, visto en Israel como quien autoriza y promueve esos ataques.
La reacción contra esos ataques, e incluso unas propuestas de varios ministros en favor de una "expulsión" de Arafat del país y de volver a ocupar todo el territorio de Cisjordania -parte del cual controla la ANP- serán debatidos hoy en el Gabinete de Seguridad de Sharón, que informará esta noche a la nación de sus decisiones.
El jefe de la oposición parlamentaria, Iosi Sarid, líder del bloque pacifista Merets, recomendó al Gobierno "actuar con la cabeza y no con el estómago", y "proporcionar unos días a Arafat para poner a prueba la seriedad de sus medidas contra el terrorismo", como el arresto de activistas de HAMAS y de la Yihad Islámica.
Según los resultados de un sondeo del Instituto Dajaf, dados a conocer hoy, el 37 por ciento de los israelíes favorece la "expulsión" de Arafat, pero el 32 por ciento se manifiesta en favor de negociar con él y la ANP aunque sigan la crisis y la violencia.
Otro 18 por ciento opina que las FF.AA. tendrían que reocupar "por largo tiempo" los territorios palestinos autónomos (desde 1994), en tanto que un 10 por ciento sugiere seguir con la política vigente.
Las posibles respuestas a los atentados de los integristas palestinos, entre los que Arafat comenzó a practicar arrestos, fueron coordinadas anoche por el general Mofaz con el ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, informaron hoy fuentes israelíes.
Ben Eliezer y la subministra de Defensa, Dalia Rabin Pilosof, se reunieron ayer con el enviado especial de Estados Unidos, el general retirado Anthony Zinni, con el fin de analizar la situación creada por esos atentados -en los que resultaron heridas más de 200 personas- que sacudieron a Israel y a la comunidad internacional.
La primera medida adoptada por las autoridades tras los atentados y otros ataques registrados en las últimas 48 horas fue estrechar el bloqueo y los castigos colectivos que afectan a más de tres millones de residentes palestinos en Cisjordania y la franja de Gaza.
Las fuerzas israelíes de seguridad siguen hoy en estado de máxima alerta pues, según fuentes de los organismos de seguridad, las facciones palestinas que participan en el alzamiento por la independencia de su pueblo desde hace catorce meses "siguen motivadas por el deseo de atacar a Israel".