EL CAIRO.- Tras los atentados suicida del pasado fin de semana, los árabes, y sobre todo los palestinos, ya se habían preparado para una represalia israelí. Pero lo que se ha producido ha sorprendido incluso a los más pesimistas entre los políticos árabes.
El gobierno israelí declaró a la Autoridad Nacional Palestina una "entidad que apoya el terrorismo" y disparó contra helicópteros y oficinas del presidente de la ANP, Yasser Arafat, y sus colaboradores en Gaza y Ramallah.
La Liga Arabe condenó la actuación israelí y advirtió de que la venganza sólo provocará más violencia. "Los israelíes no actúan en defensa propia, son más bien los palestinos los que se defienden, contra la ocupación israelí", dijo su secretario general, Amr Mussa.
También las palabras del portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien el lunes afirmó que el Presidente estadounidense, George W. Bush, comprende que Israel tiene derecho a defenderse, han provocado gran preocupación entre los árabes.
Y es que, según los analistas, con estas declaraciones Bush ha dado "luz verde" al Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, para que lleve a cabo una "guerra" contra los palestinos y provoque la caída de la ANP.
Los gobiernos árabes estaban convencidos desde hace tiempo de que con Sharon no es posible acordar paz alguna y que el jefe de gobierno derechista aprovecharía cualquier ocasión para evitar negociar con los palestinos e, incluso, volver a ocupar toda Cisjordania.
Oficialmente, se afirma en Ramallá y Gaza, en Damasco y El Cairo que se negociará con cualquier jefe de gobierno israelí. Pero en realidad, al igual que la gente espera a que acabe la tormenta para salir de casa, todos los jefes de Estado árabes están esperando la "era post-Sharon".
La crisis gubernamental israelí desatada por la decisión de Sharon de calificar a la ANP una "entidad que apoya el terrorismo" es hoy para los árabes la única buena noticia del día. Y eso que, dado el ambiente de violencia actual, los expertos en El Cairo consideran que sería igual de difícil encontrar un sucesor moderado de Sharon como a alguien que pueda sustituir a Arafat.
Pese a todo, el líder palestino sabe que sus días a la cabeza de la ANP están contados. Las declaraciones que Sharon hizo ayer han sido consideradas por los palestinos como una "abierta declaración de guerra". Lo que todavía no se sabe es cómo reaccionarán.
En todo caso, Arafat está intentando desesperadamente reunir apoyos, tanto en la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) como en Naciones Unidas y entre los jefes de Estado árabes.