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El nuevo atentado palestino en Jerusalén agrava la crisis

Esta fue la primera reacción a los violentos bombardeos lanzados ayer martes por la Fuerza Aérea israelí contra instalaciones de ocho organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en los que murieron entre tres y cinco personas, según distintas fuentes palestinas, y resultaron heridas otras 150.

05 de Diciembre de 2001 | 08:27 | EFE
JERUSALEN.- Un nuevo atentado palestino, en el que murió un suicida y resultaron heridas levemente otras seis personas, agravó hoy miércoles la crisis tras la ofensiva militar de Israel contra el dispositivo de seguridad del Gobierno de Yaser Arafat.

De momento, ninguna organización palestina se responsabilizó del atentado, que se registró cuando el atacante, con un "chaleco explosivo" amarrado a su torso, cruzaba una calle en dirección hacia el hotel Metzudat David, antiguo Hilton, en Jerusalén.

Esta fue la primera reacción a los violentos bombardeos lanzados ayer martes por la Fuerza Aérea israelí contra instalaciones de ocho organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en los que murieron entre tres y cinco personas, según distintas fuentes palestinas, y resultaron heridas otras 150.

En medios policiales se supone, por las características del atentado, que se trata de un suicida del Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS) o de la Yihad que logró burlar los controles impuestos a los palestinos que desean entrar a Jerusalén.

HAMAS se responsabilizó de los cuatro ataques del pasado fin de semana, tres de ellos en la noche del sábado en el centro de Jerusalén, y otro del domingo en un autobús de línea de Haifa.

Tres suicidas causaron la muerte de unas treinta personas, entre ellas una trabajadora filipina, Rosalía Rías, de 42 años, cuyo cadáver era trasladado a su país para el entierro.

La prensa israelí informa de que el primer ministro Ariel Sharón -cuyo Gobierno declaró ayer a la ANP como "una entidad que apoya al terrorismo" y por tanto "actuará en consecuencia"- ordenó dejar en suspenso la ofensiva y se comprometió ante el presidente estadounidense, George W.Bush, a que "no matará" a Arafat.

"Queremos ver qué impacto tienen estos bombardeos en la ANP", comentó un funcionario israelí mientras volvían a intensificarse las gestiones diplomáticas de EE.UU. y de la Unión Europea (UE) para apaciguar los ánimos y negociar un alto el fuego entre las partes.

Fuentes militares israelíes afirmaban ayer estar "en el principio" de "unas operaciones que se prolongarán e intensificarán" y "dando (por ahora) señales" de lo que le vendrá a la ANP.

La ofensiva comenzó el pasado lunes, tras el regreso de Sharón de una entrevista con Bush en Washington, y el primer objetivo de su Fuerza Aérea fue la destrucción de dos helicópteros del líder palestino y los hangares del helipuerto en la ciudad de Gaza.

Los contactos con las dos partes los conduce en la mayor reserva, el general retirado estadounidense Anthony Zinni -quien tiene previsto reunirse hoy con el presidente palestino en la ciudad de Ramala-, y el enviado de la UE para el proceso de paz en Oriente Próximo, el embajador español Miguel Angel Moratinos.

La radio israelí se hizo eco esta mañana de noticias del diario Al Shark al-Awsat, editado en Londres, acerca del inminente envío a Israel de un emisario del presidente egipcio, Hosni Mubarak, para exigir a Sharón que se abstenga de atentar contra Arafat.

Fuentes israelíes decían que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, confió a un destacado funcionario de este país el contenido de un mensaje por el cual aconsejó al presidente palestino que no viaje en los próximos días a Oslo para la ceremonia de la entrega de los premios Nobel y que siga en los territorios autónomos de Gaza y Cisjordania "para imponer el orden".

Arafat compartió en 1995 el Premio Nobel de la Paz con el entonces primer ministro israelí Isaac Rabin, asesinado por un extremista judío, y con el ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres.

Los emisarios de EE.UU. y de la UE, según fuentes israelíes, están presionando a Arafat -que ha perdido su credibilidad, dicen- para que cumpla sus promesas de detener a extremistas islámicos.

Estos, a su vez, prometían hoy continuar con el alzamiento o "intifada" contra la ocupación israelí en Cisjordania y Gaza y los asentamientos judíos, aunque sus operaciones se redujeron notablemente esta semana.
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