EL CAIRO.- Los obstáculos israelíes a la libertad de movimientos del líder palestino, Yaser Arafat, hacen dudar que pueda asistir el domingo en El Cairo a la reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de la Liga Arabe.
Según la agencia egipcia de noticias, MENA, todavía no está asegurada la asistencia del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Arafat, a la cita de los jefes de la diplomacia árabe en la capital egipcia, que discutirá la última ofensiva militar israelí en los territorios palestinos.
Los atentados suicidas de radicales palestinos del pasado fin de semana en Israel y la dura respuesta militar israelí han disparado la peor crisis que sufre Oriente Medio desde el inicio de la Intifada (levantamiento) palestino hace 14 meses.
Fuentes palestinas informaron de que Arafat está aislado en la ciudad de Ramala, después de que los ataques aéreos israelíes del lunes alcanzaran su helipuerto personal en Gaza y otras instalaciones de la ANP.
Israel ha acusado a la Autoridad palestina de ser una entidad que apoya el terrorismo, y los palestinos consideran que el gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharón, ha declarado la guerra y no está interesado en la paz.
El deterioro de la situación ha sacado a la luz diferencias entre los Estados Unidos y la Unión Europea (UE) sobre la mejor forma de afrontar el problema.
Mientras Washington ha puesto toda la presión sobre Arafat para que "responda enérgicamente" frente a los responsables de los atentados, representantes de la UE le han pedido a Israel "contención" y que no destruya la ANP, "socio indispensable para la paz".
La ofensiva israelí se detuvo el miércoles para otorgar a Arafat un plazo durante el cual pueda demostrar su determinación de arrestar a los extremistas islámicos responsables de los ataques suicidas del pasado fin de semana, que causaron 26 muertos y más de 200 heridos.
La reunión extraordinaria de los 22 ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Arabe, tiene como objeto "adoptar una posición árabe unificada respecto a la agresión israelí contra el pueblo palestino y sus instituciones oficiales", señaló un comunicado del secretario general de la Organización, Amro Musa.
No existen sin embargo grandes expectativas sobre los resultados de esta reunión, "la de mayor nivel que pueda esperarse de los países árabes para tratar los actuales acontecimientos", informó hoy la edición semanal en lengua inglesa del diario egipcio, "Al Ahram", que cita fuentes diplomáticas bien informadas.
Arafat ha instado a diferentes líderes árabes a convocar una cumbre extraordinaria de jefes de Estado, que no parece tenga grandes posibilidades de llegar a celebrarse.
"Entre los líderes árabes existe prácticamente un consenso generalizado de que una cumbre no es necesaria. Jordania, presidente de turno de la Liga, no está interesada, Egipto no parece muy dispuesto y Arabia Saudí tampoco", añade Al Ahram.
Egipto y Jordania son los dos únicos países árabes que han firmado un tratado de paz con Israel, y también, junto a Arabia Saudí, los principales aliados de Washington en Oriente Medio.
También están considerados los más importantes mediadores en el conflicto palestino-israelí, mientras Arabia Saudí representa la mayor fuente de financiación de la ANP, después de la UE.
El propio presidente de la ANP, según fuentes palestinas, tampoco es optimista y "ni siquiera hizo un comunicado de su petición para celebrar una cumbre, porque es consciente de que sus hermanos árabes pueden no responder positivamente, tal como ha ocurrido a menudo los pasados meses".
Una mayor esperanza de apoyo para Arafat reside en la Organización de la Conferencia Islámica (OIC), cuyo presidente de turno, el emir de Qatar, jeque Hamad Bin Jalifa al Zani, dijo que estudiaba seriamente la convocatoria de una cumbre de este organismo, que agrupa a los 56 países musulmanes del mundo.
Pero tampoco se considera tarea fácil, en vista de la actual situación en Afganistán y a que la convocatoria de una cumbre islámica, obligada a tomar duras decisiones, representaría una dificultad añadida a los esfuerzos que llevan a cabo los mediadores estadounidenses para Oriente Medio.