GAZA.- Dos millares de militantes de Hamas se congregaron la noche del miércoles delante de vivienda del jeque Ahmed Yassin, en Gaza, al enterarse, furiosos, de que la Autoridad Palestina había ordenado su arresto domiciliario, cediendo a las presiones de Israel y Estados Unidos.
En minibuses, en automóvil, a pie, los militantes de Hamas recorrieron en algunos casos kilómetros para plantarse ante la casa del anciano jeque y ofrecerse como escudos humanos para impedir la detención del jefe espiritual y fundador de Hamas, de 63 años, paralítico y casi ciego.
Bien entrada ya la noche se armó una trifulca a tiros entre los guardias del jeque, armados de fusiles de asalto M-16 y de Kalashnikov, y los policías palestinos que habían acudido a aplicar la orden de arresto domiciliario.
Los militantes de Hamas indicaron que la policía disparó con balas reales hiriendo a tres de ellos, pero, ante tal movilización, los agentes retrocedieron aunque se apostaron no lejos del lugar.
Los simpatizantes del movimiento islámico radical permanecían la madrugada del jueves al pie de la casa de Yassin, cuyos muros estaban cubiertos de carteles con fotos de los "mártires" palestinos muertos por disparos de soldados israelíes o en atentados suicidas contra israel.
Entre los militantes hay algunos vestidos con la indumentaria militar de camuflaje, la cabeza cubierta con pasamontañas negro, fusil en bandolera y teléfono móvil con auricular, pero hay sobre todo gente corriente y algunos niños.
Hacia las cuatro de la madrugada, se sirvió un té, algunos dátiles y fruta antes de entrar en vigor el diario ayuno ritual del Ramadán.
"Estamos todos furiosos contra la Autoridad Palestina, que está corrompida", exclama un militante.
Asegura que los militantes de Hamas hacen todo lo posible para no utilizar las armas, pues desean evitar una guerra civil, "pero es la policía la que incita al enfrentamiento armado", sostiene.
"Quedaremos aquí el tiempo que haga falta", subraya otro. "Los policías palestinos que han disparado contra nosotros no entienden absolutamente nada", acusa Mohamed, de 13 años.
Un hombre arenga a la multidud por altavoz móvil: "Estamos dispuestos a todo para defender al jeque Yassin. Alá es grande".
Poco antes, militantes de Hamás habían invitado a los policías a abandonar el lugar a través de altavoces de una mezquita cercana.
De vez en cuando un rumor recorre la multitud como un tornado: "Que vienen" y los militantes se apiñan entonces frente a la calle en la que están atrincherados los policías.
"Nuestros mártires van a morir a Israel y, si Yasser Arafat obedece las órdenes de Sharon (Primer Ministro israelí) y detiene a nuestros líderes, estamos decididos a entregar nuestras vidas para matar a Arafat y a sus hombres", clama, enojado, un joven.
"Y hay más de un millar de candidatos para hacer eso", grita, airado el militante.